"Esperemos que sea la última jornada de muchos exilios, de mucha gente que está fuera", deseó este domingo desde el sur de Francia, donde basó su campaña porque todavía no puede cruzar la frontera sin riesgo de ser detenido.
Lastrado por las divisiones y el desencanto de algunos sectores, los cálculos en el campo independentista se presentan, sin embargo, complejos.
El independentismo llega dividido
Enfrentados por la estrategia a seguir tras la decepción de 2017, Juntos e Izquierda Republicana de Cataluña (ERC), el partido del actual presidente catalán, el moderado Pere Aragonès, mantienen una feroz competencia.
"No se ponen de acuerdo ni siendo de la misma casi unión, catalanes todos", lamentó Anna Trullols, una votante independentista de 80 años a las puertas de un colegio electoral en Barcelona.
En las últimas elecciones regionales, en 2021, el bloque secesionista sumó 74 de los 135 escaños del Parlamento regional, haciendo estéril la victoria en votos de Illa, que logró 33.
Pero en las últimas legislativas españolas de julio, los socialistas ganaron fuerza en Cataluña frente a un marcado descenso separatista, especialmente de ERC.
Cualquier vencedor en Cataluña el domingo probablemente tendrá que gobernar en coalición, ya que ningún partido parece capaz de alcanzar el umbral de 68 escaños para una mayoría por sí solo.