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Este es el origen de Agrupación Nacional, el partido de extrema derecha francés

El partido heredero del Frente Nacional ha buscado sacudirse la mala imagen de su fundador, Jean Marie Le Pen, lo que le ha puesto a las puertas del poder.
vie 05 julio 2024 07:26 AM
La ex presidenta del grupo parlamentario francés de extrema derecha Rassemblement National (RN), Marine le Pen, y el alcalde de RN de Perpiñán, Louis Aliot, abandonan la sede del partido en París el 2 de julio de 2024.
Marine Le Pen ha emprendido una campaña para "desdemonizar" al Frente Nacional, ahora Agrupación Nacional.

El Frente Nacional fue fundado en 1972 para buscar agrupar a la extrema derecha francesa. Más de medio siglo después y luego de una intensa campaña de normalización de sus herederos, este partido político fundado por Jean Marie Le Pen está a punto de ganar la mayoría en la segunda vuelta de las elecciones legislativas, que se celebrará este domingo.

Este partido, ahora dirigido por Marine Le Pen obtuvo más del 34% de los votos y podría lograr una mayoría simple, incluso absoluta, en el balotaje.

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El presidente de Francia, el centrista Emmanuel Macron, llamó a elecciones legislativas anticipadas después de que el partido de extrema derecha obtuviera resultados históricos durante las elecciones al parlamento Europeo, celebradas a principios de junio.

De acuerdo con especialistas, esta apuesta está perdida, pues seguramente el presidente se verá obligado a concluir su presidencia, que está previsto que termine en 2027, con un gabinete de oposición.

La disolución del Parlamento “es uno de los gestos más inconscientes de la historia de la Quinta República (fundada en 1958), basado en las proyecciones más absurdas”, dijo el politólogo de la Escuela Politécnica, Vincent Matigny, a la agencia AFP.

De acuerdo con las últimas proyecciones, la extrema derecha no lograría la mayoría absoluta de 289 diputados en la Asamblea Nacional (cámara baja) después que la izquierda y el oficialismo tejieran un "frente republicano", que consistió en retirar candidatos de uno u otro en mas de 200 circunscripciones para unificar votos, vencer a aspirantes ultraderechistas y frenar la llegada de RN al poder en el balotaje previsto el domingo.

Macron debe esperar 12 meses para convocar nuevas elecciones legislativas. Y si quiere evitar que Marine Le Pen llegue a la presidencia en las elecciones de 2027, es su única opción si acaba con Bardella como primer ministro.

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Un antiguo ministro que lo conoce bien no tiene dudas: "Va a hacer la vida imposible [al campo de enfrente] e intentar ponerse en posición de designar a su sucesor”.

"Si RN fracasa de aquí a dos años, podría quizás aparecer como el que habrá dado a Francia un presidente no extremista en 2027", aseguró esta fuente a la agencia francesa. "Salvo que la extrema derecha no suelta el poder cuando lo consigue”.

Esta es la historia detrás de Agrupación Nacional, el partido que ha generado un terremoto político en Francia en las últimas cuatro semanas.

El origen del Frente Nacional

El Frente Nacional (FN) fue fundado el 5 de octubre de 1972, cuando diferentes grupos de extrema derecha reunieron sus fuerzas para crear un partido fuerte.

“Esas ideas quedaron muy desacreditadas tras la Segunda Guerra Mundial, pero que recobraron algo de fuerza tras la guerra de Argelia”, que tuvo lugar entre 1954 y 1962. Esta guerra, que concluyó con la independencia del país norafricano, generó una reacción de la ultra derecha.

En su seno, antiguos colaboracionistas con de régimen de Vichy, el gobierno instaurado por la Alemania nazi en todo el territorio francés entre 1942 y 1944— y sectores xenófobos se constituyeron como una entidad unida que colocó a Jean Marie Le Pen, de entonces 44 años, al frente.

Entre los asistentes a la fundación del FN estaba Pierre Bousquet, un antiguo agente del Servicio Secreto Nazi.

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Durante años, este grupo fue una fuerza mínima para la política francesa. Durante las elecciones en los años 70 siempre obtuvieron menos del 1% de los votos electorales, pero Le Pen y sus seguidores continuaron su camino. Pero tuvieron mucho más suerte en la siguiente década.

“La sociedad perdió el miedo a las ideas que defendías en medio de una gran crisis económica, la gente había olvidado la Segunda Guerra Mundial”, indicó a la historiadora francesa Valérie Igounet a la agencia EFE.

Además, el FN sirvió al entonces presidente, el izquierdista François Mitterrand para debilitar a la derecha moderada. Intervino para que Le Pen pudiera aparecer en la televisión pública y en las legislativas de 1986 introdujo una representación proporcional, que permitió al partido de extrema derecha sentar a 35 disputados en la cámara baja.

Esto, junto con la capacidad para la oratoria de Le Pen, le permitieron obtener un 15% del respaldo en las elecciones. Pero las declaraciones racistas y antisemitas del líder del FN, aislaron al partido de otras agrupaciones políticas.

Por ejemplo, en 1987, Le Pen declaró que las cámaras de gas utilizadas por el régimen nazi en Alemania para asesinar a miles de judíos no fueron más que “un detalle” en la historia de la Segunda Guerra Mundial, el partido se convirtió en un paria.

Tocado, Le Pen “tardó años” en reconstruir su partido, según Igounet, pero logró mantener la esencia y en 2002, contra todo pronóstico, alcanzó la segunda vuelta de las presidenciales, todo un seísmo en la política francesa.

Aquella gesta dio aire a Le Pen, pero también alimentó las ansias reformistas, incluidas las de su hija Marine.

“En las manifestaciones contra su padre en 2002, Marine Le Pen se dio cuenta de todo el miedo que despertaba su partido”, señaló la historiadora a la agencia española, y dio los primeros tímidos pasos para la refundación.

“Desdemonizar” a la extrema derecha

Marine Le Pen se unió al aparato administrativo del FN en 1998. Se desempeñó como directora de asuntos legales del partido hasta 2003, cuando se convirtió en vicepresidenta del Frente Nacional. Al año siguiente hizo una exitosa carrera por un escaño en el Parlamento Europeo, donde se unió a su padre en el bloque de no alineados de ese organismo.

Durante los años siguientes, su perfil dentro del Frente Nacional aumentó y dirigió la campaña presidencial de su padre en 2007. Ocupó varios cargos regionales y municipales en el gobierno de Nord-Pas-de-Calais, y llevó al Frente Nacional a una fuerte actuación allí en las elecciones regionales de 2009.

Marine Le Pen sustituyó a su padre como presidenta del FN en 2011. Este movimiento aceleró los movimiento de reforma al interior del partido, lo que condujo a la purga de varios miembros, incluido el propio Jean-Marie Le Pen, que fue expulsado en 2015.

Libre de las hipotecas del pasado, Marine Le Pen siguió apostando por temas como la inmigración o la identidad nacional, pero con un lenguaje innovador. “Ya no hablan de xenofobia, hablan de preferencia nacional”, señala el politólogo Camus.

Durante la última década, Marine Le Pen ha liderado una estrategia para “desdemonizar” al partido de extrema derecha ante la opinión pública. El partido aceptó el juego institucional, abandonó la bandera de la salida de la Unión Europea y las luchas contra el aborto o el matrimonio homosexual dejaron de ser centrales.

“La Francia calmada” pasó a ser su nuevo lema en la campaña de 2016 mientras ella, que intentaba mostrarse tranquila, repetía la frase “no tengan miedo”. Esto permitió a Le Pen llegar a la segunda vuelta de las elecciones presidencial de 2017, donde perdió por primera vez ante el centrista Emmanuel Macron, quien había sido ministro de Finanzas del socialista François Hollande.

En 2018, el partido cambió su nombre a Agrupación Nacional (Rassemblement national, en francés, RN), que recordaba a la facción fundada por el presidente francés Charles de Gaulle, quien fue el encargado de disolver el régimen de Vichy.

Marine Le Pen “quiso marcar una ruptura con el pasado de su padre. Y quiso limpiar la imagen que tenían en frente a temas como el holocausto y el judaísmo”, dijo Gaspard Estrada, politólogo de Sciences Po, a BBC Mundo.

Por ejemplo, Le Pen ha hablado a favor de los rehenes israelíes secuestrados por el grupo islamista Hamás el 7 de octubre.

Otro paso hacia la normalización fue la elección, en 2019, de un jovencísimo Jordan Bardella —entonces de apenas 24 años— para presidir el partido, aunque las riendas siguen estando en las manos de Le Pen.

Bardella, ahora de 28 años, es la apuesta de RN para convertirse en primer ministro en caso de que el partido pueda formar gobierno.

Y Bardella "podría dar un paso más [en la normalización] si se aparta de la familia Le Pen", dijo Mathieu Gallard, director de estudios en el instituto de sondeos Ipsos, a la agencia AFP.

Sin embargo, Bardella y Le Pen son, por el momento, figuras complementarias. De acuerdo con medios franceses, Bardella lleva meses consolidando las relaciones económicas y de los negocios franceses con el partido.

Jordan Bardella ha organizado una serie de desayunos para darse a conocer entre las altas esferas del capitalismo francés en un ambiente “acogedor” y “sin protestas”, algo impensable para Le Pen, algo que puede terminar atrayendo al electorado urbano.

En cambio, Marine Le Pen se dirige a las clases más populares de las zonas periféricas.

Aunque los franceses ven a su formación como "autoritaria" y "racista", Le Pen logró que la perciban como "el primer partido de la oposición" y con "opciones de gobernar", así como cercano a sus preocupaciones (poder adquisitivo, inmigración, inseguridad), explica Gallard.

Respecto a su jefa de filas, el posicionamiento de Bardella, "más conservador en temas de sociedad y un poco más liberal en lo económico", atraería además al electorado de unas formaciones rivales de derecha en baja forma, agrega el experto.

¿La popularidad de Bardella podría llevarle a disputar a Marine Le Pen ser candidato a la elección presidencial francesa de 2027?

"Actualmente tienen el mismo nivel de popularidad", asegura el experto de Ipsos, para quien, "salvo si Marine Le Pen decide que Jordan Bardella es un mejor candidato", este tendría "muy complicado" imponerse de cara a 2027.

Con información de AFP

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