La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el miércoles a la viruela del mono (mpox) como una emergencia internacional de salud pública, su mayor nivel de alerta, lo que ha prendido los temores de que el mundo vuelva a vivir una pandemia como la de covid-19, que obligó a que la mayoría del mundo permaneciera en confinamiento por meses.
"Es una situación que debería preocuparnos a todos", dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en una conferencia de prensa.
La OMS ya había tomado una decisión de este tipo en 2022, cuando una epidemia de viruela del mono, transmitida por el "clado 2b", se propagó por todo el mundo. La alerta se levantó en mayo de 2023.
Esto es lo que sabemos sobre este nuevo brote y las posibilidades de que se convierta en una pandemia.
La mpox es una enfermedad vírica que se transmite de animales a humanos, pero también se transmite por contacto físico estrecho con una persona infectada por el virus.
El "clado Ib” provoca erupciones cutáneas en todo el cuerpo, mientras que las cepas anteriores se caracterizaban por erupciones y lesiones localizadas en la boca, la cara o los genitales.
Esta enfermedad se descubrió por primera vez en humanos en 1970 en Zaire, lo que hoy es la República Democrática de Congo, con la propagación del subtipo "clado I", del que la nueva variante es una mutación.
Después de su descubrimiento, en la década de 1970, la enfermedad fue ignorada por parte de la comunidad médica.
Cuando un brote masivo de mpox golpeó a los países desarrollados en 2022, el aumento de la financiación de la investigación condujo a un aumento de los estudios científicos. En un solo motor de búsqueda médica, se ha producido más investigación desde abril de 2022 que en los 60 años anteriores.
“El brote mundial de mpox de 2022-23 se produjo a pesar de los repetidos llamados de los investigadores africanos para aumentar la inversión mundial en herramientas de diagnóstico, terapéuticas y de prevención de infecciones para la mpox”, indicaron Wolfong Praiser, jefe de la división de virología médica; Cheryl Baxet, jefa de apoyo a la investigación científica, y Jean Machega, profesor de epidemiología de la Universidad de Stellenbosch, en un artículo para The Conversation.
Se consideraba a la mpox como una enfermedad zoonótica endémica en partes de África central y occidental. Se adquirió principalmente a través del contacto cercano con mamíferos salvajes, especialmente con el manejo de carne de arbusto, pero no hubo una transmisión sostenida de persona a persona.
Solo muy ocasionalmente se observaron casos fuera de las áreas endémicas, debido a viajeros infectados o a la importación de pequeños mamíferos infectados.
Esto cambio de manera abrupta en 2022, cuando la enfermedad se extendió rápidamente. Entonces, 99,000 casos fueron confirmados en 116 país. En agosto de 2022, más de 6,000 casos eran reportados cada semana.
La mayoría de los casos fueron registrados en países donde la enfermedad no era endémica.
Aunque la mayoría de los casos no eran de gravedad y la tasa de mortalidad fue muy baja, con solo 200 muertes, la OMS decidió declarar una emergencia internacional de salud pública. Afortunadamente, el número de contagios cayó rápidamente, gracias una serie de cambios en el comportamiento y la vacunación de los grupos de riesgo.
“Las vacunas modernas y los medicamentos antivirales con actividad contra la viruela se pusieron a disposición en muchos países de altos ingresos afectados. Estos se habían desarrollado y almacenado en Estados Unidos y Europa, principalmente en preparación para un posible ataque con armas biológicas utilizando un virus de la viruelas”, indicaron los especialistas.
Un total de 18,737 casos sospechosos o confirmados de mpox, también conocido como viruela del mono, se registraron desde principios de año en África, 1,200 de ellos en una semana, informó el sábado la agencia de Salud de la Unión Africana.
Se han identificado diversas variantes del virus, subrayó este organismo, Africa CDC, precisando que se registraron 3,101 casos confirmados, 15,636 sospechosos y 541 muertes por la enfermedad en 12 países del continente.
Desde principios de 2024 se señalaron más casos que en todo 2023 (14,838), agregó Africa CDC.
La República Democrática de Congo (RDC), epicentro de la epidemia, concentra casi todos los casos notificados, con 16,800 sospechosos o confirmados, según la misma fuente.
Desde principios de este año se registraron más de 500 muertes por mpox en ese país de unos 100 millones de habitantes.
El vecino Burundi registró 173 casos (39 confirmados, 134 sospechosos), con un aumento del 75% en una semana.
La semana pasada también se notificó el primer caso de esta cepa de mpox fuera de África, en Suecia.
África se enfrenta a la propagación de una nueva cepa del virus, detectada en la RDC en septiembre de 2023 y denominada "clado Ib", que es más mortal y más transmisible que las anteriores.
Las vacunas no estaban disponibles en la RDC, incluso en 2023, cuando se produjeron 14,626 casos y 654 muertes. La mortalidad fue del 4.5 %, y mayor en los niños.
De hecho, la mayoría de los casos y muertes en la República Democrática del Congo han sido niños. Esto significa que la mayor parte de la transmisión allí no es sexual, como lo fue en el brote de 2022 en Europa Estados Unidos, y es probable que se haya producido a través de contacto cercano o aerosoles respiratorios.
Sin embargo, en 2023 un brote en una zona no endémica del país, Kivu del Sur en el este, parecía ser por transmisión sexual, lo que indica más de una epidemia y diferentes modos de transmisión en la República Democrática del Congo.
La vacuna más reciente —llamada Jynneos en algunos países e Imvamune o Imvanex en otros— es eficaz contra la mpox. Sin embargo, los suministros son limitados y la vacuna escasea en la República Democrática del Congo.
La declaración de la OMS del mpox como emergencia de salud pública de importancia internacional ayudará a movilizar las vacunas allí donde se necesiten. Los Centros Africanos para el Control de Enfermedades ya habían iniciado negociaciones para conseguir 200 000 dosis de vacunas, que es una fracción de lo que se necesita para controlar la epidemia en la República Democrática del Congo.
La mpox tiene un camino muy complicado para convertirse en una pandemia como la de covid, aseguró Thomas Russo, profesor y jefe de enfermedades infecciosas en la Universidad de Buffalo en Nueva York, en entrevista con Women’s Health.
Pues aunque hay información que confirma que ha habido contagio por vía aérea, esta no es su principal forma de transmisión.
“El mpox no es tan fácilmente transmisible como los agentes capaces de causar una pandemia”, asegura Russo, quien también descarta la posibilidad de que haya un nuevo confinamiento como el provocado por la pandemia de covid-19.
La enfermedad generalmente se transmite a través del contacto cercano, incluido el contacto piel a piel y el contacto sexual, señala. En Estados Unidos y otros países, las personas con alto riesgo de mpox han sido identificadas como hombres que tienen relaciones sexuales con hombres; algunas personas de este grupo ya fueron vacunadas contra la viruela durante el brote de 2022, lo que también puede ayudar a limitar la propagación, dijo el especialista.
A pesar del bajo potencial pandémico, la enfermedad aún pude transmitirse globalmente a través de los viajes, por lo que controlar la mpox en su lugar de origen en la mejor medida para impedir un riesgo mayor, por lo que la declaración de la OMS es clave, ata que permitirá que los recursos sena enviados a la zona.
En una rueda de prensa celebrada el lunes, el ministro de Salud de la República Democrática del Congo, Samuel Roger Kamba Mulamba, dijo que Japón y Estados Unidos se habían comprometido a suministrar vacunas al Congo.
"Acabamos de terminar las conversaciones con USAID y el gobierno estadounidense (...) Espero que la semana que viene podamos ver llegar las vacunas", dijo a la prensa.
Su llegada ayudaría a resolver una enorme desigualdad que dejó a los países africanos sin acceso a las dos inyecciones utilizadas en un brote mundial de viruela del mono en 2022, pese a que había muchas vacunas disponibles en Europa y Estados Unidos.
Fuera de los ensayos clínicos, ninguna de las vacunas ha estado disponible en el Congo ni en África, donde la enfermedad es endémica desde hace décadas.
“La vigilancia de la propagación de esta versión más grave del mpox también es esencial, teniendo en cuenta que muchos países no tienen capacidad para realizar pruebas generalizadas. Así que tendremos que confiar en los “casos sospechosos”, basados en una definición clínica, para seguir la pista de la epidemia”, dijo C Raina MacIntyre, Jefe del Programa de Bioseguridad del Instituto Kirby, de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sidney, en un artículo para The Conversation.
Con información de AFP
