Saar, exministro de Justicia, se ha mostrado crítico con la política bélica del Gobierno en los últimos meses, afirmando que debería tomar más la iniciativa y emprender acciones decisivas contra los enemigos de Israel, incluido Irán.
Saar se ha mostrado crítico con la posibilidad de llegar a un acuerdo con Hamás para poner fin al conflicto de Gaza, mientras que Gallant ha impulsado una tregua que incluiría el intercambio de rehenes israelíes en Gaza por prisioneros palestinos.
Netanyahu reforzaría su posición política añadiendo la facción de cuatro escaños de Saar a su coalición, ya que dependería menos de cada uno de sus otros socios.
También podría aliviar dos quebraderos de cabeza políticos para Netanyahu, aprobar un presupuesto estatal y una nueva ley de reclutamiento que sería aceptable para sus socios de coalición ultraortodoxos que quieren mantener a los estudiantes de seminarios judíos religiosos fuera del ejército.
En su calidad de ministro de Defensa, Gallant ha adoptado a menudo una línea independiente frente a Netanyahu.
Ha tachado de disparate el reiterado objetivo de Netanyahu de lograr la "victoria total" en Gaza. Gallant también ha reclamado un plan de posguerra más claro que permita que el enclave sea gobernado por palestinos.
El año pasado, durante las protestas contra la iniciativa de Netanyahu de limitar los poderes de la Corte Suprema, Gallant rompió filas y se manifestó en contra de un plan que, según él, estaba provocando divisiones sociales tan profundas que ponía en peligro la seguridad nacional.
Netanyahu lo destituyó, pero dio marcha atrás cuando los israelíes se echaron a la calle en una de las mayores manifestaciones de la historia del país.