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Washington DC llega a la elección presidencial entre el hartazgo y el temor

Los edificios emblemáticos de la capital de Estados Unidos, como la Casa Blanca, cuentan con seguridad reforzada a unas horas de la elección entre Kamala Harris y Donald Trump.
mar 05 noviembre 2024 05:30 AM
La Casa Blanca se ve en Washington, DC, el 4 de noviembre de 2024, en vísperas de la votación presidencial de los Estados Unidos.
Encontrar un ángulo de la Casa Blanca es complicado por la malla criclónica que la rodea, de frente al Monumento a Washington, hay un escaparate que deja ver el lado posterior de la residencia.

WASHINGTON DC, Estados Unidos (enviado)- “Necesitamos poner a una mujer ahí”, dice en voz alta Erin Harbaugh, mientras señala a la Casa Blanca desde atrás de la última barrera de protección que separa la residencia presidencial de Estados Unidos del resto del mundo. “Tenemos que ponerla ahí”.

Originaria de California, pero con más de 20 años de vivir en Washington DC, mira a su alrededor con la esperanza de que tras la elección de este día pueda decir que en su país gobierna una mujer y, de igual importancia, no lo hace Donald Trump.

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Los 13 grados de temperatura en la capital estadounidense no la hacen ponerse algo encima de su playera que dice “Kamala” por todo el frente, lo mismo que la de su pequeña hija que corre en los parques de la ciudad. “Ella también está con Harris”, dice entre risas y acomodándose el cabello pintado de rosa. “Esta ciudad está con ella”.

Quizá, pero la mayoría histórica que presumen los demócratas en el Distrito de Columbia está lejos de la división casi perfectamente simétrica entre Harris y Trump, que llegan a la votación de este martes empatados en las preferencias nacionales y, más importante, en los llamados estado columpio que necesitan para hacerse con la victoria.

Harbaugh evade responder si está nerviosa por la elección y se centra en responder, mientras camina frente al edificio Roosevelt, donde labora la vicepresidenta Harris, las razones que tiene para votar por ella: el derecho a decidir sobre su cuerpo es la primera que sale de su boca.

“Pero es importante también para México, son un socio muy grande para nosotros, ¿escuchaste a Trump el otro día decir que les quiere poner aranceles altos por el tema de la frontera?”, dice.

Encontrar un ángulo descubierto para ver la Casa Blanca ha costado trabajo. La zona está rodeada de malla ciclónica y barreras adicionales a los puntos de revisión permanentes que resguardan uno de los edificios más emblemáticos del planeta. A lo lejos, de frente al Monumento a Washington, hay un escaparate que deja ver el lado posterior de la residencia y los periodistas toman turno para grabar o transmitir en vivo desde ese sitio.

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A dos calles de ahí, Trey Moore un joven afroamericano estudiante de la Universidad de Howard, camina rápido para alcanzar a unos amigos en un restaurante. “Urge que esto acabe ya”, menciona con hartazgo en su voz. “Votaré por Harris, pero estoy cansado de política”.

La fatiga es producto de la marea de anuncios, noticias y eventos que las campañas de ambos candidatos han desplegado en las últimas semanas. De acuerdo con Wiljan Consulting, una firma de consultoría basada en Washington DC, tan solo en la última semana de campaña se han gastado 994 millones de dólares en publicidad política. En total, se estima que desde enero de 2023 se han gastado más de 10,000 millones en anuncios partidistas en Estados Unidos.

“Estamos muy cansados de esto”, añade Hall. “Y falta todo lo que ocurra después de que la gente vote, las protestas, las quejas, las demandas, tenemos una república sumamente complicada”.

El fantasma de la toma del Capitolio

Hay temor en la capital de que se repitan actos como los del 6 de enero de 2021, cuando se dio la insurrección en el Capitolio por parte de seguidores de Trump. La policía está presente en la ciudad y los principales recintos políticos muestran barreras a los accesos y otras precauciones.

Carla, una joven que se rehúsa a dar su apellido, baila cerca de la Casa Blanca con un cartel en el que se lee “Trump 2024”. Es minoría en esta ciudad demócrata, pero no teme hablar de sus preferencias a la primera pregunta. Las suyas son respuestas que repiten los discursos de su candidato, casi literalmente.

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“Si los demócratas no hacen trampa, Trump va a regresar a la Casa Blanca”, dice. “Esta vez tenemos que vigilar más lo que hagan los demócratas, les encanta engañar”.

Aunque no apoya la violencia, la joven afirma que recuperar el país tomará más que palabras si Trump pierde, por alguna inexplicable razón, la elección de este día. Pero antes de ahondar en ello, retoma el entusiasmo y regresa al hecho de que el republicano tiene un camino amplio para regresar a la presidencia. Eso la motiva y regresa a su baile con su cartel.

Las calles alrededor del Capitolio se han vaciado y salvo por algunos corredores nocturnos y unos cuantos turistas, nadie más camina por ahí. Una patrulla se detiene en la esquina y baja un policía a inspeccionar brevemente la zona. Regresa a la patrulla, enciende la torreta y se queda unos minutos sin hacer nada más que esperar a que suceda algo. Así, como el resto del país la noche antes de la elección, espera a que algo finalmente ocurra.

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