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Francisco, el papa que puso a los migrantes en el centro del debate

La defensa de los refugiados y de las personas en movilidad fue una de las marcas del pontificado del primer papa latinoamericano.
mié 23 abril 2025 12:12 PM
En esta imagen de folleto proporcionada por la Oficina del Primer Ministro griego, el Papa Francisco se reúne con ciudadanos y miembros de la comunidad católica el 16 de abril de 2016 en Mitilene, Lesbos, Grecia. El Papa Francisco visitará a los migrantes en el campamento de Moria en la isla griega de Lesbos junto con el Patriarca Ecuménico Ortodoxo Griego Bartolomé I y el Arzobispo de Atenas y Toda Grecia, Ierónimos II
"La presencia de los migrantes y de los refugiados representa hoy en día una invitación a recuperar algunas dimensiones esenciales de nuestra existencia cristiana", decía Francisco en 2019.

El papa Francisco eligió un lugar estratégico para su primer viaje fuera del Vaticano. Realizó una misa en la isla de Lampedusa, el epicentro de la crisis migratoria de Europa. Allí denunció la "globalización de la indiferencia" e instó al mundo a no apartar hacia otro lado del sufrimiento humano. Desde un barco, lanzó una ofrenda floral al mar Mediterráneo para recordar a los migrantes muertos en sus aguas.

Este viaje fue el inicio de algo que marcaría sus 12 años de papado: poner a la migración en el centro de su agenda. Jorge Mario Bergoglio, hijo de dos inmigrantes italianos, abogó por proteger los derechos de todos las personas que tuvieron que abandonar sus lugares de origen, especialmente de aquellos que huyen del conflicto y la pobreza.

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"A lo largo de su papado, el papa Francisco llamó la atención global sobre la cara humana de la migración e instó constantemente a la compasión, la solidaridad y la responsabilidad compartida", indicó la Organización Internacional para la Migración (OIM) en un comunicado tras la muerte del pontífice.

El papa advirtió en varias ocasiones que el maltrato a los migrantes y refugiados era el resultado de una "tendencia al marcado individualismo" y de una decadencia moral en los países de mayores ingresos económicos.

"La presencia de los migrantes y de los refugiados, como en general de las personas vulnerables, representa hoy en día una invitación a recuperar algunas dimensiones esenciales de nuestra existencia cristiana y de nuestra humanidad, que corren el riesgo de adormecerse con un estilo de vida lleno de comodidades", indicó Francisco en Mensaje para el Día Mundial del Refugiado de 2019.

Trump, el presidente "no cristiano" con el que chocó

Durante su visita a Ciudad Juárez el 17 de febrero de 2016, el papa denunció que los migrantes recorrían un "camino de terribles injusticias" al huir de la pobreza y la violencia. Y rezó por ellos frente a una cruz clavada cerca de una malla que el futuro presidente estadounidense, Donald Trump, reemplazó luego por la barrera metálica.

El argentino no solía andarse con rodeos, ni siquiera frente a una persona ilustre.

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En 2016 intervino a distancia en la campaña presidencial con un comentario sobre el candidato Trump: "Una persona que quiere construir muros y no puentes no es cristiano".

El millonario, que luego prometió erigir un muro a lo largo de la frontera con México, calificó su comentario de "escandaloso".

"¡Descansa en paz, papa Francisco! Que Dios lo bendiga, así como a todos los que lo amaron", publicó en su plataforma Truth Social, tras la muerte del papa.

Más tarde anunció que ordenó que las banderas ondeen a media asta en los edificios públicos en honor al papa, un "buen hombre", y tiene previsto asistir al funeral con la primera dama.

El vicepresidente JD Vance, quien se convirtió al catolicismo en 2019 y se reunió con el jefe de la iglesia católica el domingo, también fue conciso en su homenaje: "Mi corazón está con los millones de cristianos en todo el mundo que lo amaron. Me alegré de verlo ayer, a pesar de que obviamente estaba muy enfermo", escribió en la red social X.

Francisco, quien recibió a Donald Trump en el Vaticano durante su primer mandato en 2017 para una entrevista de media hora, lo ha criticado por sus posiciones antimigrantes.

Tras el regreso del republicano al poder el pasado 20 de enero, el jesuita, gran defensor de los excluidos, mantuvo las críticas.

La expulsión de "personas que, en muchos casos, han abandonado sus países por razones de extrema pobreza, inseguridad, explotación, persecución o grave deterioro del medio ambiente, atenta contra la dignidad de muchos hombres y mujeres", lamentó en una inusual carta dirigida a los obispos estadounidenses y publicada por el Vaticano.

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"Me gustaría que se centrara en la iglesia católica y nos dejara cuidar las fronteras", dijo Tom Homan, a quien Donald Trump encargó orquestar una política de deportaciones a gran escala y que, al igual que Vance o la portavoz estadounidense Karoline Leavitt, afirma ser católico.

En su carta Francisco también pidió "una fraternidad abierta a todos, sin excepción", dejando de lado "la identidad personal, comunitaria o nacional".

Muchos comentaristas lo han interpretado como una lección teológica para Vance, quien invoca un precepto de la doctrina católica llamado ordo amoris ("orden del amor") para justificar la política antimigración, que afirma que la caridad cristiana debe beneficiar primero a los más cercanos a uno mismo, y no a los extranjeros.

"Amas a tu familia, a tus vecinos, a tu comunidad y a tus compatriotas y, finalmente, das prioridad al resto del mundo", dijo Vance en una entrevista con la cadena Fox New en enero, retomando un concepto de San Agustín.

El papa argentino provocó el sábado, dos días antes de su muerte, la indignación de la Casa Blanca al condenar las expulsiones masivas de migrantes promovidas por Donald Trump, calificándolas de "importante crisis".

Los refugiados a los Olímpicos

La influencia del papa el tema migratorio llegó inclusó al deporte. Francisco inspiró al presidente saliente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, para crear el equipo Olímpico de Refugiados, según explicó el dirigente alemán en su homenaje póstumo.

"Su poderosa voz en apoyo de los refugiados es un ejemplo brillante de su compromiso, y me inspiró para crear el primer equipo Olímpico de Refugiados en Rio-2016", confesó Bach en un comunicado.

"Él siguió y apoyó con generosidad esta iniciativa a lo largo de tres ediciones de los Juegos Olímpicos, alentando su crecimiento y su impacto", agregó.

Bach destacó asimismo el "apoyo inquebrantable" del papa Francisco: "Con el fallecimiento de su Santidad el papa Francisco perdemos a un gran amigo y a un defensor del Movimiento Olímpico. Su apoyo para la misión de paz y de solidaridad de los Juegos Olímpicos y a las muchas iniciativas del COI en favor de los refugiados fue inquebrantable".

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