El gobierno de Estados Unidos prohibió a las cuatro magistradas la entrada en Estados Unidos y congela sus propiedades o haberes en el país, una decisión que fue inmediatamente rechazada por el tribunal internacional.
Además, la CPI carece de mecanismos para hacer cumplir sus decisiones, lo que agrava la situación, ya que dependen de la buena voluntad de los Estados para ejecutar sus decisiones.
“Las órdenes de arresto de la CPI contra líderes como Vladimir Putin o Benjamín Netanyahu no se han llevado a cabo porque los países implicados no reconocen la autoridad de la Corte y no están dispuestos a seguir sus resoluciones. Esto muestra lo difícil que es hacer cumplir muchas decisiones, que a menudo terminan siendo solo declaraciones simbólicas”, acusa Peña.
Decisiones importantes, pero insuficientes
Tanto la CPI como la CIJ se involucraron en casos clave en la historia reciente del derecho internacional, aunque a veces con decisiones polémicas.
Por ejemplo, la CPI atendió un caso en 2004 en Uganda, donde se juzgó a líderes del Ejército de Resistencia del Señor por usar sistemáticamente la violencia sexual y reclutar niños a la fuerza.
“También está el caso de la República Democrática del Congo, que mostró cómo el cuerpo femenino se usó como un campo de batalla. Otro caso relevante es el de Sudán (Darfur), donde acusaron a altos funcionarios, incluido el presidente Omar al-Bashir, por genocidio”, enumera Peña.
Sin embargo, al igual que en los casos de Putin y Netanyahu, muchos de estos individuos siguen libres, protegidos por la falta de cooperación de los Estados.
Por su parte, la CIJ dio fallos importantes u opiniones consultivas en casos como el de la construcción del muro en los territorios ocupados de Palestina en 2004, donde se encontró que Israel violaba el derecho internacional humanitario. También está el fallo sobre la responsabilidad de Serbia en el genocidio de Srebrenica en 2007, que fue un avance en reconocer que los Estados pueden ser responsables por crímenes graves.
“Aunque estos casos han ayudado a desarrollar el derecho internacional, también han puesto de manifiesto los límites prácticos de estos tribunales. La ejecución de sus decisiones sigue dependiendo de la voluntad de los países, lo que hace que su impacto real sea limitado”, dice Peña.