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OPINIÓN: La principal amenaza para las elecciones de EU en 2020

Las tecnológicas tendrán que seguir colaborando con corporaciones policiacas y servicios de inteligencia para tratar de identificar a actores extranjeros y manipulación, opina Samantha Vinograd.
lun 11 febrero 2019 11:05 AM

Nota del editor: Samantha Vinograd es analista de seguridad nacional de CNN; trabajó en el Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos durante la presidencia de Barack Obama, de 2009 a 2013, y en el Departamento del Tesoro en la presidencia de Bush. Síguela como @sam_vinograd . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

(CNN)Cada semana les doy una idea de la clase de análisis de información que podría pasar por el escritorio del presidente de Estados Unidos con base en el Informe Diario del Presidente que el director de Inteligencia Nacional prepara para Trump casi todos los días. Este es el informe de esta semana:

Aunque muchos estadounidenses están celebrando que cada vez hay más candidatos para las elecciones presidenciales de 2020, es probable que algunos de nuestros adversarios también lo estén haciendo, aunque por otras razones.

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Sabemos que Rusia hackeó al Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés) y al Comité Demócrata para las Candidaturas al Congreso (DCCC, por sus siglas en inglés) durante la campaña de 2016 y se reportó que hubo otros ciberataques contra campañas electorales al Congreso en 2018. Además de Rusia, los servicios de inteligencia han acusado a Irán y a China de tratar de influir en las elecciones en Estados Unidos. Los tres países (junto con Corea del Norte) han desarrollado mucho sus capacidades cibernéticas con el fin de perpetrar ataques disruptivos.

Con base en la investigación de la fiscalía especial y de los protocolos básicos de contrainteligencia, también está claro que las campañas y los funcionarios electorales son blancos importantes para el reclutamiento y la manipulación por parte de potencias extranjeras. Cada nuevo candidato presidencial, su equipo, sus empleados y su información profesional se vuelven blanco potencial de estos ataques. A falta de un nuevo enfoque en la seguridad de las elecciones, el que haya más candidatos se traduce en que hay más puntos débiles.

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Trump tiene que decir la verdad

Los departamentos de Justicia y Seguridad Interior señalaron hace poco que no encontraron pruebas de que los actores extranjeros hubieran tenido un " impacto material " en nuestro sistema y nuestra infraestructura electoral en los comicios intermedios. Sin embargo, los servicios de inteligencia publicaron un informe en diciembre de 2018, en el que señalan que Rusia, China e Irán trataron de interferir en las elecciones intermedias a través de "actividades de influencia y campañas de difusión".

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Al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le gusta criticar a su predecesor, Barack Obama , por no haber hecho más para impedir el ataque de Rusia en las elecciones de 2016; no obstante, el análisis de los servicios de inteligencia estadounidenses indican que es Trump (quien se ha tomado muchas molestias para evitar culpar decididamente al presidente de Rusia, Vladimir Putin, de la interferencia de Rusia en las elecciones) quien no ha disuadido a nuestros adversarios de volver a intentarlo. Y lo siguen haciendo.

Los candidatos necesitan higiene cibernética

Mientras los candidatos demócratas como Kamala Harris, Elizabeth Warren y Cory Booker han anunciado su intención de postularse a la presidencia, Howard Schultz coquetea con la idea de postularse como independiente, y Trump se prepara para pelear por su propia reelección (que podría incluir a un puñado de retadores republicanos), cada parte de su infraestructura cibernética se vuelve un blanco atractivo.

Hackear la información de un candidato es una manera barata de obtener información de gran valor, especialmente si los equipos de campaña no toman medidas preventivas. Además, como lo demostraron los hackeos al DNC y al DCCC , los correos electrónicos o los documentos confidenciales que salgan a la luz podrían suscitar tensiones y ampliar las divisiones.

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Cada candidato tiene una amplia red de personal y voluntarios, lo que aumenta la cantidad astronómica de direcciones de correo electrónico, cuentas de redes sociales, expedientes financieros y más, incluidos los de los donadores.

Un ataque cibernético sencillo podría afectar rápidamente la red entera de una campaña. Conforme aumenta la cantidad de aspirantes, también aumenta la cantidad de información en la que los hackers se centran.

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Para prevenir los ataques cibernéticos, tenemos que reevaluar cuidadosamente cuándo y cómo preparar a los candidatos y a sus equipos con el fin de que entiendan los riesgos cibernéticos, distingan las señales de una intrusión cibernética como los correos de phishing, y qué medidas defensivas pueden tomar.

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Es importante exhortar al personal de la campaña a que estén atentos a los correos electrónicos sospechosos y animarlos a asegurar mejor su información en línea, al igual que brindarles los puntos de contacto adecuados con las corporaciones policiacas para que reporten si creen que está pasando algo sospechoso.

Pensar en qué tan social hay que ser

No cabe duda de que todos los candidatos entrarán en el juego de las redes sociales. Twitter, que solía ser reino de los millennials y la generación Z, ahora vuelve a estar de moda gracias a Trump y sigue siendo la fuente de la mayor parte de los anuncios presidenciales oficiales, incluidos sus comentarios sobre los candidatos para 2020 .

Otros candidatos potenciales, como Warren y Beto O'Rourke , están publicando videos en redes sociales desde toda clase de sitios y tuitean constantemente. Cada publicación (y los comentarios que suscita) se vuelve contenido que nuestros adversarios pueden manipular y difundir. Entre más polémico e incendiario, mejor, como el tuit en el que Trump insinúa que el triunfo de los demócratas en 2020 sería ilegítimo. Su propio tuit ayuda a socavar la credibilidad de nuestro sistema democrático, cosa que esperaríamos de Rusia, no de nuestro comandante en jefe.

Como cada vez son más los candidatos que contratan directores de redes sociales para compartir sus contenidos y cada vez son más los estadounidenses que entran a las redes sociales para informarse sobre la contienda presidencial de 2020, hay más oportunidades para que los guerreros de la información manipulen a los electores a través de bots, troles, publicidad y más.

Las tecnológicas tendrán que seguir colaborando con las corporaciones policiacas y los servicios de inteligencia para tratar de identificar a los actores extranjeros y la manipulación. Los candidatos también tienen la responsabilidad de difundir información veraz, por varias razones. Después de todo, desinformar solo ayuda a nuestros enemigos.

Para la contrainteligencia se necesita inteligencia

Como la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la interferencia de Rusia en las elecciones sigue en curso, tenemos un recordatorio constante de que los funcionarios de las campañas y los empleados gubernamentales son blancos principales para reclutamiento de parte de los servicios de inteligencia extranjeros. Tienen acceso a información importante y pueden influir en las decisiones políticas.

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Pese a que el gobierno ruso niega haber atacado la campaña de Trump, el acuerdo al que llegó George Papadopoulos y las acusaciones de que Carter Page fungió como agente externo de Rusia (acusaciones que Page niega), la campaña de 2016 nos recuerda que las potencias extranjeras pueden manipular al personal de las campañas por su inexperiencia, su soberbia, sus malas intenciones o una combinación de todos estos factores.

Sabemos que los servicios de inteligencia y las corporaciones policiacas le advirtieron al entonces candidato Trump de que los adversarios extranjeros (entre ellos Rusia) podrían intentar infiltrarse en su equipo u obtener información de su equipo de campaña, pero no está claro si atendió a sus advertencias sobre los riesgos de contrainteligencia.

Por eso cuando cada nuevo aspirante anuncia su campaña, las corporaciones policiacas estadounidenses tienen que participar activamente en la concientización del personal sobre los riesgos de volverse agente extranjero inadvertidamente. Entre más pronto presenten esta información, mejores son las probabilidades de que Estados Unidos evada a los agentes extranjeros que pretenden infiltrarse en las campañas.

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Aptitud física

Todos los candidatos llevarán a cabo mítines y establecerán oficinas de campaña, organizarán eventos de recaudación y más. Cada espacio físico relacionado con un candidato (y la ubicación física de cada evento de campaña) es un blanco de gran valor para nuestros enemigos.

Sabemos que en los pasados dos años hubo actos de violencia con motivos políticos dirigidos a varios demócratas, republicanos, exfuncionarios del gobierno y los medios, así como delitos reprobables presuntamente motivados, en parte, por teorías de la conspiración relacionadas con la inmigración .

La propensión a la violencia por motivos políticos es alta y entre más candidatos se incorporen, las corporaciones de seguridad locales, en coordinación con las federales y los profesionales de inteligencia, tendrán más amenazas que vigilar mientras tratan de preservar la seguridad física básica de todos los candidatos y de todas las ubicaciones físicas relacionadas con ellos.

Como hay miles de riesgos, a Trump debería preocuparle cada nuevo candidato republicano, demócrata o independiente que se incorpore a la contienda, no por razones egoístas, sino porque nuestra seguridad y nuestra democracia dependen de que tome medidas inmediatas para mantenerlos a salvo.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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