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OPINIÓN: ¿Por qué América Latina necesita un Think Tank?

Lo que los asiáticos crearon una estrategia clara basada en evidencia, en imaginar una visión y un propósito lo suficientemente potente para involucrar a todos, comenta Pedro López Sela.
mar 12 marzo 2019 11:50 AM
emprendimiento
Muchos países actualmente enfocan sus esfuerzos en crear foros de discusión con datos sobre temas de emprendimiento e innovación porque son relevantes para el desarrollo económico.

Nota del editor: Pedro López Sela es Chief Imagination Officer de Canou, Plataforma de Innovación y Emprendimiento y ha sido mentor para instituciones como el acelerador de negocios MassChallenge, de Boston, Massachusetts; Village Capital (proveedora de capital de riesgo para emprendedores); y Fomento Geek (Incubadora de Talento). Es experimentado emprendedor con más de 20 años de experiencia en fundar y dar consultoría a start-ups, pymes, corporaciones globales, tanques de pensamiento, entre otros. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

(Expansión) - El mundo del emprendimiento no es sencillo, ya que muchos fracasan antes de cumplir dos años; es que a las startups valoradas en mil millones de dólares o más se les conoce como empresas unicornio.

De acuerdo con datos de la firma CB Insights, hasta enero de este año hay más de 300 unicornios alrededor del mundo, la mayoría concentradas en Estados Unidos, con 42%, y China con el 39% de unicornios, país que apenas el año pasado creó este tipo de empresa cada cuatro días. Y los demás sólo estamos mirando: ¿Qué no está funcionando? ¿Qué falta en Latinoamérica y Caribe?

El Foro Económico Mundial asegura que “desafortunadamente no hay tantos datos sobre el espíritu emprendedor de alto crecimiento en los países en desarrollo. Hay una gran necesidad de investigación adicional.” Lo anterior deriva en variaciones informativas que confunden.

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Por ejemplo, mientras Mass Challenge México dice que nuestro país “se clasificó como el que más avanzó y fomentó la creación de startups en los últimos cinco años en América Latina”; además, datos de la Asociación Mexicana de Capital Privado (Amexcap) “denotaron que en comparación con Chile, México cuenta con una empresa centauro (con valor de 10 - 1,000 millones de dólares) y 27 little ponies (con valor de 10 - 100 millones de dólares)”,

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El Global Entrepreneurship Development Institute (GEDI) refiere que “México cayó cuatro lugares en el Índice Global de Emprendimiento 2018, al ubicarse en la posición 75 desde la 71 que ocupó hace un año”, y el International Innovation Scorecard 2019 de la Consumer Technology Association (CTA) menciona que a mediados de enero el país salió de la categoría de Innovation Leader (líder innovador) y ahora está considerado como Innovation Adopter”.

Los datos son fundamentales para contar con información consistente que permita tomar mejores decisiones, el problema es que a nivel regional no hemos logrado acuerdos sobre métricas e indicadores, visión y propósito. Los que existen, como la Alianza del Pacífico, implican diversas iniciativas puntuales para sectores específicos, como el de Capital Ángel o el de Transferencia Tecnológica, por mencionar algunos.

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Muchos países actualmente enfocan sus esfuerzos en crear foros de discusión con datos sobre temas de emprendimiento e innovación porque son relevantes para el desarrollo económico. Para ello han creado Think Tank que, de acuerdo con la Universidad de Naciones Unidas, crean y facilitan discusiones basadas en evidencia en datos.

Tal es el caso del EE-HUB de la European Entrepreneurship Education NETwork, red internacional especializada que reúne a gobiernos, empresas, ONGs, investigadores y educadores para colaborar y compartir conocimientos; la Atal Innovation Mission en India; o el Asian Institute of Management Policy Center. En el caso de México contamos con organismos como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) o el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco); sin embargo no son especialistas en asuntos de emprendimiento e innovación.

Por eso es necesario crear un órgano que nos ayude a mapear lo que existe y lo que falta, a entender dónde están las métricas, los indicadores correctos y los mecanismos de medición adecuados. Necesitamos evaluar el ser y el deber ser para crear una visión compartida de hacia dónde nos queremos mover. Crear una estrategia compartida con visión de largo plazo que nos permita llegar a donde han avanzado países como Corea del Sur o Japón, el primero superando la economía agrícola y el segundo saliendo de las ruinas de la guerra, para alcanzar ambos la economía global.

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Lo que los asiáticos hicieron bien fue crear una estrategia clara basada en evidencia, imaginar una visión y un propósito lo suficientemente potente para involucrar a todos y a partir de ahí ejecutar acciones planeadas de manera sistemática y repetida sin interrupción alguna (ni por cuestiones de caso fortuito o de fuerza mayor, ni por cambios de administración).

Requerimos de un actor relevante que busque hacer las cosas correctas por las razones correctas. Una entidad que colabore con todos, que no tenga sesgos, ni intereses ocultos y que cuente con el reconocimiento del gremio emprendedor, innovador y de conocimiento, así como del empresarial y el de los capitales. Encontrar a dicho actor probablemente es la tarea más relevante porque se necesita alguien que trabaje por que las cosas sucedan sin que le importe no salir en la foto.

Suena titánico desarrollar una entidad responsable de un ejercicio de tal envergadura; sin embargo, ya existen diversas instancias regionales y locales que podrían crear una red que inicie labores de inmediato. Quien mejor que las universidades para colaborar en esta tarea, por ejemplo, la madrasa Fatima Al-Fihri o la Universidad de Constantinopla, cuya fundación derivó de la necesidad humana de crear, almacenar y aprovechar conocimiento.

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Decía Lincoln que si tuviera seis horas para cortar un árbol dedicaría cuatro para afilar el hacha. En el caso que nos ocupa esas cuatro horas serían la creación del Think Tank y su arranque de operaciones, ya que sin insumos es prácticamente imposible crear una estrategia local y regional que permita operar una red de desarrollo regional latinoamericano.

Lo más importante será encontrar a la entidad que tenga la capacidad de coordinar a nivel latinoamericano dejando de lado intereses particulares.

¿Seguiremos mirando o nos decidiremos a dar el siguiente paso?

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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