(Expansión) - Un ejercicio que entretiene mucho a los jóvenes en clase consiste en que busquen una película o un personaje como emblema para un fenómeno o evento económico y social. Al pensar en Pemex, la que escribe piensa en el lado oscuro de la fuerza, en Darth Vader, en una presencia que algunos amamos odiar y que odiamos amar. Y se nos enchina la piel cuando, al mirarlo a los ojos, nos dice con voz cavernosa: “Yo soy tu Padre.”
Para bien o para mal, Pemex ha sido el padre de la industria nacional pero, como el ocio, también la madre de todos nuestros vicios. A él le debemos que, por más de 80 años, en este país haya habido hidrocarburos para exportar y para consumo nacional.
Pemex ha sido el colchón de los evasores fiscales, de todos los tamaños y suertes. También fue el conquistador de varias ciudades petroleras. Quien es de Coatzacoalcos, Ciudad del Carmen o de Poza Rica es ciudadano pemexiano más que otra cosa.