(Expansión) – Jugar con fuego es un deporte que se practica mucho en el medio político y económico. Es una forma de aplicar la audacia, la inteligencia y cierta dosis de temeridad, que provocan esa adrenalina a la que somos tan aficionados los humanos, más quienes arriesgan dinero u ostentan poder.
Durante las últimas semanas se ha librado un episodio de este juego cuando discutimos sobre si México entrará o no en recesión. Para quienes la anuncian, igual que Pedro lo hacía con el lobo, es un hecho sin remedio que se apoya en los rectores de los pronósticos de crecimiento para este año, la caída consecutiva del consumo, y signos de desaceleración en los mercados (apenas ayer Bimbo, uno de los baluartes empresariales nacionales, registró un descenso histórico en su cotización en la Bolsa Mexicana de Valores al reportar menores ventas de sus productos a nivel mundial).