Las perspectivas de que Trump termine su carrera en lugar de obligar a otros a hacerlo por él, ya sea el Congreso o el electorado, parecen remotas. Trump ama las peleas y parece estar revolucionado por la perspectiva de enfrentarse a la Cámara demócrata. En los últimos días, se lanzó a una tormenta en Twitter atacando a todos sus oponentes. En un tuit, escribió sobre el representante Adam Schiff : “Quiero que Schiff sea interrogado al más alto nivel por Fraude y Traición”.
Trump ha pasado toda su carrera respondiendo el golpe cuando ha sido atacado, y en este momento cree que tiene todo el apoyo de su partido en esta batalla política. Con recuerdos de las elecciones parciales de 1998, cuando el electorado castigó al Partido Republicano por acusar al presidente Bill Clinton, Trump está apostando a que los votantes se pondrán en contra de los demócratas en lugar de contra él, poniéndolo en una posición aún más fuerte para el día de las elecciones.
Hay algunos expertos que especulan que este desastre podría terminar con la renuncia del presidente, no por el bien de la nación, sino por el bien de su propio futuro. Visualizan algún tipo de acuerdo que le otorga inmunidad legal contra el enjuiciamiento a cambio de dejar el cargo. En otras palabras, la renuncia sería su tarjeta para salir de la cárcel.
Pero es extremadamente difícil imaginar que Trump llegue voluntariamente a la misma decisión que el público está viendo a Brian Cox recrearse en The Great Society. A Johnson le encantaba pelear, pero también tenía un profundo respeto por las instituciones democráticas de la nación y por los deberes del Gobierno. Trump no. Se ha unido a una generación de republicanos que están dispuestos a derribar todo si es necesario en busca del poder partidista. También parece tener poca reverencia o incluso respeto por el cargo que ocupa.
Si va a haber un resultado del tipo del que habla O’Rourke, es probable que no sea por elección voluntaria. Y salvo algún tipo de acuerdo legal que no pueda rechazar, este presidente seguirá luchando hasta que ya no pueda.
La única forma de alcanzar un resultado Johnsoniano, en el caso de Trump, sería a través del camino de Richard Nixon. El futuro dependerá de lo que los republicanos del Senado decidan qué quieren hacer con un presidente sin ley.