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Los griegos llamaban así a lo que podría acabar con Trump

Tal vez nunca nos habríamos enterado de esto si no hubiera sido por la persona que entró en escena como un héroe de tragedia griega: el denunciante, apunta Frida Ghitis.
vie 27 septiembre 2019 10:05 AM

(CNN) — La desmesura o hybris, como la llamaban los griegos, puede ser el fin de los poderosos, especialmente aquellos cuyo rasgo más prominente es la arrogancia extrema.

Esto nos trae a este momento en la historia y al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ahora enfrenta una investigación formal para un procedimiento de destitución tras dedicar la primera mitad de su presidencia a evitarlo a toda costa.

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¿Cómo explicar la conducta del presidente de Estados Unidos? ¿Cómo es posible que luego de que el país quedara dividido por la interferencia de Rusia en las elecciones de 2016 y sus consecuencias y de que el mismo Trump soportara casi dos años de intenso escrutinio por una investigación al respecto, cómo es posible que pudiera acercarse a otro país y, según la denuncia de un informante , intentara que hubiera interferencia electoral otra vez? ¿Cómo es posible?

Sí, Trump y sus partidarios niegan que eso sea lo que ha estado haciendo. Recomiendo que leamos la circular de la Casa Blanca sobre la llamada del 25 de julio con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, y la denuncia hoy pública del informante para ver qué creemos que indica.

Zelenski, que el miércoles 25 de septiembre estaba sentado al lado de Trump, el hombre más poderoso del mundo, dijo: "Lo lamento, pero no quiero involucrarme " en las elecciones de Estados Unidos, tras lo que agregó: "Creo —y ustedes leyeron [la transcripción]— que nadie me presionó".

Si Trump le exigió a Zelenski que iniciara una investigación sobre el ex vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, uno de los principales contrincantes para las elecciones de 2020, como parece evidente en la transcripción de la Casa Blanca, constituiría un despliegue de desmesura digno de Eurípides.

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El mismo Trump encapsuló perfectamente los alcances de su delirio desmesurado cuando declaró que "podría estar parado en medio de la Quinta Avenida y dispararle a alguien y no perdería electores" . Es probable que acabe de provocar una prueba metafórica a esa teoría.

Es probable que Trump sobreviva al procedimiento de destitución porque los republicanos del Senado han mostrado poca disposición a desafiarlo. Pero si cae, se deberá, en gran medida, a que se ha creído los halagos empalagosos que ha exigido. Se creyó su propia campaña exagerada de autopromoción.

¿Quién podría olvidar esas primeras reuniones del gabinete televisadas y casi insoportables en las que personajes normalmente dignos desfilaban por la mesa halagándolo, hablando del "increíble honor", de la "bendición que nos ha dado al permitirnos servir en su proyecto" y de que se les permitiera trabajar con un líder como él? ¿Cómo podría Trump no dejarse hipnotizar por la dieta constante de conductores obsequiosos de Fox, quienes día tras día afirman que bien podría ser el mejor presidente de la historia de Estados Unidos, que ha dejado entrar "el brillo del sol" en la Casa Blanca, como dijo Lou Dobbs, de Fox Business.

Claro que Trump no necesitaba de mucha ayuda externa para tenerse en alta estima. Él mismo dice que es "un genio muy estable". Su cuenta de Twitter es un torrente de adulación a través de citas o de comentarios del mismo Trump, salpicado de reportes de su condición de víctima sin precedentes .

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Nos han dicho que la autoestima es buena. Sin embargo, también nos recuerdan que "todo exceso es malo".

Parece que Trump ha llegado a creer que es tan brillante, talentoso y tan invencible que podría salirse con la suya y desafiar cada norma, cada práctica, cada institución de la democracia que tiene el mandato de encabezar. ¿Y por qué no habría de hacerlo? Después de todo, ganó las elecciones de 2016 (aunque cabe señalar que no ganó el voto popular) pese a todo lo que decían los expertos. Ganó tras haberle pedido a Rusia su ayuda abierta y públicamente.

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Cuando la intensidad de los esfuerzos de Rusia por ayudar a Trump se dio a conocer y se documentó total e incontestablemente, Trump logró sobrevivir. Sobrevivió a la investigación de Mueller y siguió hablando triunfante de que el escandaloso episodio de la interferencia de Rusia para ayudarle a ganar era un escenario inventado por sus adversarios políticos y, hasta el día de hoy, lo llama "el timo de Rusia".

No solo se salió con la suya, sino que logró convencer a una porción importante del país de que sus mentiras son la verdad y de que quienes dicen la verdad son "los enemigos del pueblo".

Todo esto ha avivado su desmesura. Energizado, tomó el teléfono el 25 de julio, un día después de que el fiscal especial Robert Mueller declarara ante el Congreso, y llamó al presidente Zelenski, un novato político que había hecho el papel de un presidente en televisión .

Cuando Zelenski le dijo que Ucrania necesita comprar más misiles antitanque Javelin para defenderse en la guerra que Rusia respalda, Trump contestó: "Me gustaría que nos hiciera un favor". Suena exactamente como la insinuación de un intercambio o, como dicen en el procedimiento de destitución, un quid pro quo.

Para entonces, Trump ya había suspendido la transferencia de 400 millones de dólares en ayuda que Ucrania necesitaba urgentemente, maniobra que exasperó e intrigó al Congreso porque ya había aprobado el paquete. Sin embargo, la razón de dicha suspensión es cada vez más clara.

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Tal vez nunca nos habríamos enterado de esto si no hubiera sido por la persona que entró en escena como un héroe de tragedia griega: el denunciante. Es desalentador ver cuánta gente de la administración sabía de las presuntas fechorías de esta presidencia y decidió callar. Sin embargo, esos son los defectos de los humanos.

Enfurezcan a los dioses o no, siguen siendo fuente de decepción para quienes tratan de actuar bien.

Afortunadamente, un hombre o mujer valiente acepta el desafío ocasionalmente y, pese al grave riesgo para su persona, toma medidas para salvarnos. Esa es la definición de heroísmo y eso es exactamente lo que el informante hizo. Nos relató, en espantoso detalle, lo que pasó en la Casa Blanca, incluido el hecho de que la transcripción de la llamada del 25 de julio no se manejó como una comunicación normal. Se dice que se introdujo en un sistema computarizado a cargo del Consejo de Seguridad Nacional, reservado para el material más secreto, "como las operaciones encubiertas".

Eso se parece mucho a un encubrimiento. Además, según la denuncia del informante, "no fue la primera vez".

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Las interacciones de Trump y algunos miembros de su equipo —principalmente, de su abogado personal, Rudy Giuliani— con Ucrania se parecen más a Los Soprano que a los clásicos. Al final, Trump podría no solo esquivar la destitución, sino ganar la reelección en 2020.

Sirva esto de recordatorio de que pese a las repercusiones aplastantes de la desmesura y de los actos inspiradores de un héroe, esto es, sobre todas las cosas, una tragedia para Estados Unidos.

Nota del editor: Frida Ghitis fue productora y corresponsal de CNN. Es columnista de asuntos mundiales y contribuye frecuentemente a la sección de Opinión de CNN, al Washington Post y a World Politics Review. Síguela en Twitter como @fridaghitis. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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