Encontraron que en época de expansión de una economía el contagio es menor con otros países, y sus mercados pareciesen no estar vinculados. Sin embargo, durante una crisis, las cosas cambian; cuando crece la volatilidad, los vínculos preexistentes repentinamente adquieren enorme relevancia.
Una interdependencia que estaba latente inesperadamente difunde la enfermedad en forma de epidemia. Los autores concluyeron que las economías se vinculan más en tiempos difíciles que en tiempos de expansión.
Un claro ejemplo de lo anterior, como lo refirió The Economist, es un estudio de la crisis europea después de la gran depresión de 2008-2009, en el que se encontró que una tercera parte de la variabilidad que registraron los bonos españoles e italianos se debió al contagio con Grecia, Portugal e Islandia, más que a factores domésticos.
Ante la probabilidad de “contagio económico”, que se presentará inexorablemente una vez que se materialicen las amenazas mencionadas, todo en un ambiente recesivo. Es clave que la economía mexicana fortalezca su “sistema inmunológico” y se mantenga blindada adecuadamente con el escudo del monto de sus reservas internacionales y con la línea de crédito stand by otorgada por el FMI, que en conjunto representan alrededor de 254 mil millones de dólares.
Asimismo, es fundamental incrementar la competitividad del país, lo cual requiere el fortalecimiento de la confianza empresarial, para revertir la caída que ha venido mostrando este año la inversión privada y la creación de empleos formales. Todo ello, con el fin de crear un ambiente más “saludable” para nuestra economía, y así enfrentar en mejores condiciones el futuro “contagio”.
Nota del editor: Gabriel Pérez del Peral es Profesor-Investigador de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana. Contáctalo en su cuenta de Twitter . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a los autores.
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