El gobierno corporativo es una herramienta que promueve una gestión empresarial con un esquema de anticipación de riesgos en un ambiente de claridad y confianza para todos los interesados en el desarrollo del negocio. Además, abarca elementos estratégicos, de operación y de gestión del negocio, que armonizan el funcionamiento de los accionistas, el Consejo de Administración, los comités y la Alta Dirección, así como su relación con proveedores, clientes, empleados, reguladores, bancos, entre otros grupos de interés, siempre con la intención de ser una herramienta que genere valor sostenible y conduzca a la organización al éxito.
Otro de los temas que se abordan cuando se trabaja en la institucionalización de las empresas es el derecho “del tanto” ante la salida de un accionista. Cuando una empresa familiar está en proceso de transición para dar paso a la siguiente generación, este derecho es sumamente relevante, pero únicamente 36% de los negocios encuestados cuentan con él (25% desconoce si su negocio cuenta con esta figura).
Por otro lado, acorde con la tendencia que se observa en economías más maduras que la mexicana, 36% de las empresas familiares encuestadas están considerando designar a un director general o CEO no familiar, como una de las medidas estratégicas de cara a los siguientes 12 meses. En esta tarea, contar con un protocolo familiar y de gobierno corporativo robusto también marca la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Trabajar en la institucionalización de la empresa y definir un plan de sucesión, idealmente asesorados por un especialista en gobierno y transición en empresas familiares, permitirá a la organización navegar con éxito los cambios generacionales; además, las acciones estratégicas realizadas para delinear e implementar dicho plan, fortalecerán el buen gobierno y abonarán a la adecuada gestión de riesgos, lo cual impactará favorablemente en la competitividad del negocio.
Nota del editor: Jesús Luna es Socio Líder de Asesoría en Auditoría Interna, Riesgo y Cumplimiento de KPMG México. Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad del autor y no necesariamente representan las ideas y opiniones de KPMG en México.
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