Algo fundamental es detectar el error, analizar su causa, corregir, aprender tanto del error como del origen que nos llevó a equivocarnos. Igual de importante es darnos cuenta cuando nuestros errores lastiman a alguien, debemos saber pedir disculpas con humildad.
Los seres humanos podemos aprender más en el fracaso que en la victoria, es importante hacerlo y corregir para evitar cometer el mismo error y que los que siguen sean menores.
El escritor Andrés Oppenheimer en su libro Crear o Morir analiza el porqué en los países Latinoamericanos no han surgido emprendedores de talla mundial como Steve Jobs o Bill Gates, y una de las conclusiones que plantea es nuestra cultura con bajísima tolerancia al fracaso, que señala de forma negativa a quien fracasa y lo aísla de la sociedad, de las empresas.
Necesitamos en México cada día más emprendedores , generar un entorno que fomente el emprendimiento, pero si no tenemos tolerancia a los fracasos, es imposible generar dicho entorno, al contrario, lo que hacemos es poner muros en su camino.
Por su parte, el empresario Estadounidense Ray Dalio, quien fundó y maneja uno de los fondos de inversión más exitosos de ese país, en su libro Principles habla de la importancia del fracaso, describe un proceso que aplica en su vida y trabajo: Grandes metas – fracasos – aprendizaje – mejora – metas aun mas grandes. Para Dalio un principio básico es “crear una cultura en la que está bien cometer errores, pero es inaceptable no aprender de ellos”.