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Banxico, entre la ambivalencia y el combate a la inflación

La economía global agotó sus armas de política económica y ya muestra debilidad en varias zonas, opina Iván Franco.
mié 26 febrero 2020 03:58 PM
Banco de México - Banxico
En la medida en que tenga éxito la política fiscal y monetaria el impacto del coronavirus no será tan grande en la economía mexicana.

(Expansión) – Una de las instituciones más ambivalentes que he notado en el último par de años es el Banco de México. Eso no le quita su gran capacidad técnica y su dominante influencia sobre la actividad económica. Pero llama la atención la forma con la que opera en estos momentos.

Hay que recordar que el banco es de los pocos en el mundo que mantiene una postura monetaria opuesta a los demás bancos centrales, estableciendo tasas de interés reales relativamente superiores en algunos puntos porcentuales.

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Sin embargo, hace bien en reducir su expectativa de crecimiento económico para 2020 hasta un rango de 0.5% a 1.5%, lo que parece adecuado dada la tendencia y los riesgos asociados con el desarrollo de la economía global y local.

LEE: Banxico prevé una mayor debilidad económica de México este año

El año 2020 es clave para la economía global, porque cualquier choque que impacte con más fuerza que lo esperado, podría marcar el fin de la larga etapa de expansión económica iniciada en el año 2009. Este año puede anunciar el punto de giro, o bien, la continuación del ciclo por un par de años más.

La economía global agotó sus armas de política económica y ya muestra debilidad en varias zonas.

El riesgo más importante para la economía mexicana continúa estando al norte de la frontera. La incertidumbre inherente a una apretada contienda presidencial es la llave para entender el posible desempeño de la economía global y regional en 2020 y 2021. La diferencia radica en si se continúa con el plan de gobierno actual, de caída lenta, o se induce un cambio drástico de política económica, con recesión incluida.

Por otra parte, el coronavirus ha puesto a varios analistas a restar puntos de crecimiento a la economía global, producto de las afectaciones en las enormes y extensas cadenas globales de suministro chinas.

Sin embargo, ese país, está mostrando una marcialidad excepcional para evitar el surgimiento de una pandemia. De acuerdo con fuentes locales, China está logrando reducir la tasa de crecimiento de infectados, por lo que el tiempo de contingencia se limita, y, por ende, los impactos económicos no serían tan severos. Incluso, ni siquiera representen un choque duradero.

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La ambivalencia de Banxico

Las entrevistas y opiniones públicas de varios de los miembros de la junta de gobierno dan visos sobre lo que piensan en términos de sus decisiones de política monetaria. En particular, llama la atención la opinión de uno de ellos sobre el estado de la actividad económica. Más o menos palabras, según el subgobernador Jonathan Heath, la economía mexicana está estancada, pero no está ni estuvo en recesión.

Defiende su opinión con tres criterios internacionalmente aceptados para definir una recesión, duración, difusión y profundidad.

La opinión es muy respetable, pero es preocupante, porque no se trata de cualquier analista o de algún sofista de los medios, sino de un miembro con voto en la junta de gobierno del banco central.

El caso, es que el subgobernador podría vencerse a sí mismo en un debate técnico, utilizando el documento que él publicó en sus redes sociales sobre el fechado de los ciclos económicos, que mandó hacer el Inegi. El buen entendedor podrá ver que ese documento sugiere exactamente lo contrario.

La visión de la economía mexicana que la califica de débil pero no recesiva, desde mi punto de vista, busca justificar la postura restrictiva del banco central. Esa misma postura que, técnicamente, no tiene razón de ser y representa un costo de oportunidad en términos de inversión y crecimiento económico.

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Existen otros argumentos más, como la neutralidad del dinero, la baja penetración del crédito en México, la inflación subyacente, el diferencial de tasas, y otros, que coadyuvan a limitar la mano del banco central en este desangelado contexto económico.

Por ello siempre he criticado las minutas del banco. Porque son excelentes documentos de contexto, pero carecen de precisión y de asertividad, dando solo ideas someras sobre la decisión de naturaleza tricotómica que se toma en cada reunión de la junta de gobierno.

Entre el combate a la inflación (que está bien combatida) y la ambivalencia de opiniones y de criterios, el Banco de México acierta en reducir su expectativa de crecimiento, y desacierta en mantener apretadas las condiciones monetarias.

Nota del editor: Iván Franco es fundador y director de la consultora de inteligencia competitiva Triplethree International. Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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