De acuerdo con Nicolás Cañete del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), A nivel mundial están surgiendo convocatorias de investigación, tecnología e innovación, que buscan soluciones como estas (no sólo para el diagnóstico) que estén más o menos listas para ser implementadas; por ejemplo, la Unión Europea lanzó una convocatoria especial (que cerró el 18 de marzo) de 164 millones de euros, donde la aceleradora del Consejo Europeo de Innovación ofreció subsidios e inversión de capital de riesgo para tecnologías e innovaciones que ayuden con el tratamiento, pruebas, controles u otros aspectos del coronavirus.
Los desafíos sanitarios, sociales y económicos que seguiremos enfrentando en el corto, mediano y largo plazo a causa del Covid-19, hacen de este un momento clave para los emprendimientos de base tecnología y centros de investigación e innovación del país.
Ante la demanda de soluciones y tecnologías, el reto para México es promover, realizar y evaluar el desarrollo de proyectos específicos de vinculación científica y tecnológica que ante esta crisis den respuesta a los sectores público, social y privado.
El país enfrenta la crisis con una infraestructura en salud insuficiente: de acuerdo con la OCDE, el número de camas de hospitales públicos y privados en 2015 era de 184,112,1 de las cuales 4,291 eran de terapia intensiva. En términos comparativos, hay 1.4 camas por cada 1,000 habitantes, mientras que el promedio los países de la OCDE cuentan con 4.7 camas.
A la par de los esfuerzos del sector salud, es necesario que los investigadores de universidades y centros de investigación participen en esta carrera por desarrollar soluciones a las problemáticas más urgentes del contexto actual. Si bien es tiempo de incertidumbre, también lo es de ingenio y creatividad. Por ello, debemos buscar responder de forma innovadora a los desafíos que nos trae la pandemia. ¿Qué podemos hacer?