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Ante el coronavirus, ¿una oportunidad de fomento a la innovación?

Es necesario que los investigadores de universidades y centros de investigación participen en esta carrera por desarrollar soluciones, opina Juan Alberto González.
jue 09 abril 2020 11:59 PM

(Expansión) – Hoy se vive un periodo de grandes transformaciones, al 05 de abril, nuestro país contó con 2,143 casos positivos y 94 defunciones por Covid-19; los costos estructurales de esta pandemia pueden significar cientos de miles de desempleos, empresas quebradas, recesión económica y una pérdida incalculable de riqueza, lo cual exige de nuevas estrategias de desarrollo y bienestar.

Un ejemplo de estas nuevas vías lo podemos ver en Corea del Sur, donde una de las estrategias clave para atender el nuevo coronavirus fue la realización de pruebas masivas en la población. Ante este reto el gobierno promovió la participación de investigadores, emprendedores y pymes, en ello, fue una startup la que creó los kits de diagnóstico en tres semanas, tiempo en el cual validó y registró ante organismos sanitarios, hoy están produciendo 10,000 kits semanales.

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De acuerdo con Nicolás Cañete del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), A nivel mundial están surgiendo convocatorias de investigación, tecnología e innovación, que buscan soluciones como estas (no sólo para el diagnóstico) que estén más o menos listas para ser implementadas; por ejemplo, la Unión Europea lanzó una convocatoria especial (que cerró el 18 de marzo) de 164 millones de euros, donde la aceleradora del Consejo Europeo de Innovación ofreció subsidios e inversión de capital de riesgo para tecnologías e innovaciones que ayuden con el tratamiento, pruebas, controles u otros aspectos del coronavirus.

Los desafíos sanitarios, sociales y económicos que seguiremos enfrentando en el corto, mediano y largo plazo a causa del Covid-19, hacen de este un momento clave para los emprendimientos de base tecnología y centros de investigación e innovación del país.

Ante la demanda de soluciones y tecnologías, el reto para México es promover, realizar y evaluar el desarrollo de proyectos específicos de vinculación científica y tecnológica que ante esta crisis den respuesta a los sectores público, social y privado.

El país enfrenta la crisis con una infraestructura en salud insuficiente: de acuerdo con la OCDE, el número de camas de hospitales públicos y privados en 2015 era de 184,112,1 de las cuales 4,291 eran de terapia intensiva. En términos comparativos, hay 1.4 camas por cada 1,000 habitantes, mientras que el promedio los países de la OCDE cuentan con 4.7 camas.

A la par de los esfuerzos del sector salud, es necesario que los investigadores de universidades y centros de investigación participen en esta carrera por desarrollar soluciones a las problemáticas más urgentes del contexto actual. Si bien es tiempo de incertidumbre, también lo es de ingenio y creatividad. Por ello, debemos buscar responder de forma innovadora a los desafíos que nos trae la pandemia. ¿Qué podemos hacer?

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A manera de propuesta lo siguiente; analizar y fomentar una mayor vinculación de las agendas de investigación con los problemas de la sociedad, revisar y solventar allí donde existan, las normativas nacionales que inhiben la participación de académicos y científicos en la transferencia tecnológica, así como creación de soluciones tecnológicas en vinculación con la industria.

Establecer comités asesores en universidades y centros de investigación, cuya tarea sea analizar y proponer criterios y formas de medición de las actividades de transferencia tecnológica, para que las mismas sean reconocidas en los procesos de evaluación que definen la permanencia y promoción en la carrera académica.

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Estimular la caracterización de las demandas de productos y servicios tecnológicos generados por las universidades y centros de investigación, como estrategia de ampliación de las oportunidades para la creación y el desarrollo soluciones acordes con las necesidades de la sociedad, mapear soluciones existentes y emergentes en los ámbitos de la crisis.

La historia nos muestra que, enfrentados a coyunturas dramáticas, países como Alemania, Israel, Japón, Finlandia o Corea del Sur, entendieron que no hay atajos en la búsqueda por atender el crecimiento económico y el bienestar; por décadas estas naciones destinaron, y siguen destinando, significativos recursos públicos para estimular la innovación y fortalecer sus capacidades científicas y tecnológicas. Los resultados e impactos no son inmediatos, pero hoy están a la vista.

En nuestro caso será definitivo el rol que decida tomar el Conacyt respecto del surgimiento de iniciativas y convocatorias especiales de apoyo a la investigación y la innovación para abordar la emergencia sanitaria.

Nota del editor: Juan Alberto González Piñón es director de Spark UP y académico de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana. Las opiniones expresadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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