Ahora, lo más importante, además de la preparación de los sistemas de salud, es buscar posibles métodos de curación.
Según el modelo de predicción SIR, en cuestión de tres semanas, no estaremos hablando de 26,000 infectados, sino de varios millones. El escenario es de película. Y, en este sentido, urge a las autoridades encontrar posibles métodos de recuperación con medicamentos alopáticos existentes. Sobre todo, para los casos que se complican.
Según el mismo Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias de México (Iner) existen alrededor de cinco sustancias que están siendo probadas por su comité de ética, como la cloroquina y el remdisivir, entre otras.
Existe evidencia en la literatura médica mundial de que estas sustancias han curado a ciertos segmentos de enfermos que han sido tratados con dichas sustancias, con resultados de más de 90% de efectividad. Hay al menos otras tres sustancias con las cuales el mundo está experimentando y que están probando la misma eficacia.
Sin embargo, algunos “expertos” nacionales e internacionales miran esto con desdeño ante la falta de pruebas contundentes y generalizadas de tales beneficios. Esto es un grave error. Aquí, es cuando los que no somos especialistas debemos reclamar a los que, si lo son, que tengan mayor seriedad y toma de riesgos.