No cabe duda de que ahora las cosas han cambiado y la amenaza del Covid-19 es una realidad indiscutible para todos. Aunque todavía no por igual. En una encuesta nacional de Civiqs, se observa que el 31% de los demócratas estaba “extremadamente preocupado” por el coronavirus a comienzos de marzo.
Un porcentaje que ha aumentado hasta el 62% en la primera semana de abril. En cuanto a los republicanos, se aprecia un crecimiento del 5% al 26% durante el mismo periodo. En otras palabras, la percepción de la pandemia, aunque ha evolucionado, sigue siendo muy dispar entre ambos bloques.
En cuanto a lo que motiva esta disparidad, tanto en la marcada diferencia de opinión en un inicio y en la evolución de esta impresión a lo largo del último mes, destaca por su importancia el rendimiento de la economía estadounidense, en la que Trump ha depositado sus principales esperanzas de reelección como presidente.
Así, la buena marcha de la economía de Estados Unidos había sido el núcleo fundamental de la campaña de reelección, que ahora se vería perjudicada ante las desastrosas previsiones que tanto las instituciones estadounidenses como las internacionales, como el Fondo Monetario Internacional, que dan por sentada la recesión este año, así como el desplome en el empleo.
Esta circunstancia hizo que Trump alentara al optimismo ante el avance del Covid-19 en Europa, en contraposición con el alarmismo reinante desde un inicio en el bando demócrata. Sin embargo, mientras que los intereses son caprichosos, la realidad es incontestable y los síntomas de este auténtico colapso económico no están tardando en llegar.