En el caso puntual de una crisis sanitaria, esto incluye contar con protocolos para determinar qué hacer cuando un empleado presente síntomas. También implica analizar si las políticas de vacaciones y días de enfermedad deberían de ser reevaluadas para no crear incentivos perversos que pudieran orillar a empleados enfermos a acudir a su lugar de trabajo, contagiando así a sus compañeros y extendiendo la duración y magnitud del problema.
Por otro lado, se debe de prestar atención a su situación financiera, pues, si se encuentran en riesgo, estarán distraídos de sus labores.
Se debe de crear y/o facilitar la infraestructura necesaria para que los empleados que puedan trabajar a distancia lo hagan sin impactar su productividad. Adicionalmente, los equipos deberían de estar preparados para continuar funcionando sin la presencia de uno o más de sus miembros.
2. Crear un equipo de manejo de crisis
Toda empresa debe de contar con un equipo designado para manejar una crisis. Dicho equipo debe estar constituido por personas de diferentes departamentos de la organización, incluyendo gerencia, finanzas, legal, recursos humanos, ventas y producción, para desarrollar y ejecutar un plan de manejo de crisis.
El plan deberá enfocarse en mantener la integridad de los empleados, entender el estatus de y hacer ajustes a la cadena de suministro, investigar y planear la demanda a corto y mediano plazo, entre otras actividades, bajo diferentes escenarios previamente discutidos y evaluados que deberán ser actualizados conforme progrese la situación.