Catas de vino virtual en California para lidiar con el encierro de la COVID-19
Esa falta de competencia, que se suma a la concentración de capital en exceso para un número limitado de accionistas, ejerce una enorme presión que evita, paradójicamente, que aquellos en quienes están fundamentadas sus utilidades, trabajadores y clientes, podamos regresar a una cierta normalidad.
Porque no habrá vuelta atrás a partir de ahora. Pensar en que una vez que retornemos a los empleos, los centros comerciales (los que queden), los cines, los teatros e incluso las calles, nuestra vida será la misma es un error. Falta tiempo para abandonar las medidas de prevención y las acciones orientadas a que no nos contagiemos.
Sin embargo, esas restricciones pueden significar oportunidades jamás vistas para emprendedoras y emprendedores, pymes y micropymes. Ya no se trata de buscar al siguiente unicornio tecnológico, sino a las y los inventores de soluciones y negocios nuevos, a partir de conceptos que hasta hace unos meses podían considerarse simples locuras.
Esas y esos lunáticos, profesionales en pensar afuera de la caja, disruptores consumados, pueden ser las personas que nos ayuden a construir un mundo diferente, justo el que necesitamos para sobrevivir en un planeta afectado por el cambio climático y cuyos recursos más valiosos no son los metales, la energía fósil o el papel moneda, sino el agua, el terreno, la luz y el aire limpio, bajo la consideración de que no somos los dueños del globo, solo unos pésimos invitados que se creían con derechos adquiridos hasta que un microscópico virus nos recordó que en nuestro paso por la Tierra no hay nada seguro.
Nota del editor: Francisco Hoyos Aguilera es Especialista en comunicación. Graduado del Tec de Monterrey con una maestría en la Universidad Iberoamericana. Fue reportero en el diario Excélsior y en la corresponsalía de The New York Times en México. Lleva dos décadas en la comunicación pública y privada. Las opiniones expresadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor. Síguelo en Twitter y/o LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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