OPINIÓN: Manteniendo la cordura durante el COVID-19
Se utiliza principalmente la exposición, demostración y ejemplos, pidiendo al estudiante aplicar y resumir. Las tareas asignadas resultan ser más complejas que lo explicado por el expositor, por lo que los padres tienen que buscar ordenar la vida de casa, del trabajo y de la escuela en simultáneo. El sentarse a la mesa para compartir historias y juegos, leer un poema, inventar un reto y preguntarse sobre los temas del día, son estrategias que educan. Estos dos escenarios de educación en casa es la realidad de una tercera parte de la población en México.
De acuerdo a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), México tiene 74.3 millones de usuarios de internet en 18.3 millones de hogares (2019). Este hecho nos manda a la era del “aprendizaje escalable”. La tecnología permite videoconferencias y acceso a plataformas como aprende.org, Khan Academy, Ted Talk, Google Académico, YouTube Aprendizaje, y OpenCourseware de MIT o Cantabria.
La formación se transforma en interacción con los otros. Lleva a prepararse para un futuro en el que se pueden generar comunidades de enseñanza, juegos interactivos, videos cortos y expansión de fronteras sin salir de casa. Esta gran cantidad de contenido lleva a un desarrollo de cuatro habilidades necesarias para que el conocimiento se transforme en educación.
La primera es la agilidad mental. Esto lleva a una adaptabilidad permanente. Aprender de sí, de otro, de los otros. Se cambian los roles de maestro a alumno y viceversa. Esta es la actitud actual y permanente para la nueva sociedad.
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La segunda es una recreación constante. Actitud de entender qué requieren los hijos. En el trabajo, qué requieren los clientes y usar la imaginación para transformar los datos en valor para ellos. También exige una actitud para acompañar a los hijos en espacios en los cuales se enfrentan a una realidad común y vulgar de calle como en Twitch, Fortnite, y Tik Tok.