1. Acepta tu vulnerabilidad. Cabe aclarar que la vulnerabilidad no es sinónimo de debilidad. De acuerdo con Brené Brown, investigadora de la Universidad de Houston, Estados Unidos, la vulnerabilidad es el único camino para tener el coraje de sumarse a algo nuevo. Con coraje, se refiere al valor de atreverse a tomar acción.
Aceptar tu vulnerabilidad es el recurso que te permite transitar a través de la incertidumbre, el riesgo y la exposición emocional. Brené ha realizado investigaciones con 50,000 personas y señala que ninguna ha sido capaz de dar un ejemplo de coraje que no incluyera esos elementos. No hay coraje sin vulnerabilidad.
Así que, para abrazar la nueva normalidad reconoce tu vulnerabilidad empezando por soltar la idea de ser el líder que deberías ser y elige ser quien realmente eres. Por ejemplo, en estos días de incertidumbre, renuncia a la idea de ser todólogo: experto en pensamiento estratégico, en influencia, en vinculación y en ejecución. Es mejor centrarte en la fortaleza que te caracteriza y apoyarte de tu equipo para que te complemente con el resto de ellas.
Se ha encontrado que los equipos de trabajo exitosos no son guiados por líderes que poseen todas las fortalezas, sino por equipos que lo equilibran aportando las suyas. Sé auténtico, acepta tu vulnerabilidad y, como líder, aprende a pedir ayuda.
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2. Fluye más fácilmente con el error. Ya decía Edwin H. Land “Una parte esencial de la creatividad es no tener miedo al fracaso”. Yo diría, tener un miedo manejable ante el fracaso. Para ello es importante no tomarte los errores como algo personal. Si fallas, evita los clásicos juicios totalitarios como “soy un fracaso” y “siempre me equivoco”.
Resignifica el error. Considera que tomar la acción de reinventarte implica un riesgo: aciertas o aprendes.