Para los jóvenes es difícil comprender la importancia y el impacto del libre comercio en México, pero para quienes vivimos el proceso, podemos dar fe de los grandes cambios en nuestra economía.
Durante décadas, México vivió prácticamente cerrado a las importaciones del extranjero, no teníamos, por ejemplo, todos los restaurantes de comida rápida que hoy encontramos en todos lados, el ir al super en los 80 era encontrar opciones limitadas de productos, solo había en el mercado cinco marcas de automóviles (Ford, Chrysler, General Motors, Nissan y Volkswagen).
La inversión extranjera directa en México en 1988 fue de 2,675.6 millones de dólares, al cierre del 2019 llegó a 33,727.94 millones de dólares (precios constantes), a fines del año pasado, México se convirtió en el principal exportador a Estados Unidos a nivel mundial.
El TLCAN fue el primer tratado de libre comercio que firmo México, definitivamente el más importante y de mayor impacto, pero tenemos 17 tratados de libre comercio con las economías y regiones más importantes del mundo.
Fue el gobierno de Estados Unidos quien presionó la renegociación del tratado, es cierto que ya se veían algunos temas que habían quedado rezagados conforme el tiempo pasó, otros debían de actualizarse con base en las nuevas variables de la economía, como los derechos de propiedad, que tomaron una mayor relevancia con el avance de la tecnología.
Por parte de México, le tocó al gobierno del presidente Peña Nieto el iniciar las nuevas negociaciones con un equipo de primer nivel que encabezó Ildefonso Guajardo, que acompañaron en el llamado “cuarto de junto” los empresarios, cuando el presidente López Obrador ganó las elecciones en julio del 2018, ratificó el compromiso de continuar con los esfuerzos de las negociaciones a fin de poder cerrar el acuerdo. Al equipo negociador se integró, por parte del gobierno electo, Jesús Seade , quien por lo que ha trascendido, sumó de forma muy positiva a los esfuerzos y logro de la meta.