La pandemia acelera la revolución 4.0 en las empresas
Un segundo escenario es el de un año perdido, en el que la caída interanual del PIB podría llegar al -7% en el último trimestre de 2020. Entre los fenómenos que se podrían observar está un retraso en las compañías para equilibrar su producción, un repunte en el desempleo con una lenta recuperación del consumo, tensiones en el sistema financiero y la saturación del sistema de salud en los dos últimos trimestres del año. La ansiada recuperación económica podría llegar en la segunda mitad de 2021 y se recuperaría lo perdido en 2023.
El tercero, un escenario de economía de guerra, no necesariamente marcado por un conflicto bélico sino por la epidemia, la recesión está presente durante un periodo más largo, agravando el aumento de la deuda de empresas e individuos y la estabilidad del sistema financiero, con el riesgo de que el país pierda su grado de inversión. Las empresas podrían tener que cerrar indefinidamente, elevando el desempleo y la inconformidad social. México podría estarse recuperando a inicios de 2022.
OPINIÓN: El impacto social positivo que podemos y debemos lograr
Una vez que las organizaciones están conscientes de estos posibles escenarios y su recuperación, es momento de definir su estrategia para responder a las condiciones bajo la nueva realidad.
De este modo, durante la reapertura económica, las empresas prestarían atención en puntos estratégicos como mitigar el riesgo, asegurar su continuidad operativa y su flujo de efectivo, además de enfocar su liderazgo en reforzar las relaciones con clientes y empleados.
Por otro lado, se sugiere reiniciar sus cadenas de suministro de forma sincronizada y estar siempre al pendiente de los indicadores externos para anticipar cualquier disrupción que pudiera surgir en el corto a mediano plazo.
OPINIÓN: Procesos más eficientes, negocios más sostenibles
Las oportunidades que traerá la nueva realidad son numerosas si la planificación para los escenarios antes descritos se lleva a cabo de manera coordinada y efectiva. Desde la apertura de nuevos canales digitales, la reevaluación de la estrategia y planes de negocios, hasta la reestructuración de los modelos de trabajo, como el trabajo remoto, la reducción de procesos redundantes, y el aprovechamiento de nuevas tecnologías para modernizar las cadenas de producción, suministro y distribución son sólo algunos ejemplos de ellas.
Por tanto, las organizaciones que den el paso para realizar un análisis y reflexión a fondo de los escenarios a los que se enfrenten, y sean capaces de redefinir sus negocios para identificar las áreas de desarrollo y los retos, estarán mucho mejor preparadas para prosperar en la nueva realidad.
Nota del editor: Francisco Silva, Socio de Strategy, Performance & Operations en Consultoría, Deloitte México. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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