Hace poco escuché a una persona decir algo que me sorprendió pero me hizo sentido: eres más productivo si aprendes a administrar tu energía, no tu tiempo.
Winwood, Bakker y Winefield -investigadores de UniSA, Australia- exploraron de qué manera ciertas actividades de ocio favorecen la recuperación de las personas ante el estrés producido por el trabajo. En particular se interesaron en identificar qué tipo de ocio detona estados mentales positivos y por lo tanto mejora la productividad.
Descubrieron que el ocio activo es sumamente positivo.
Es decir, dedicarse a pasatiempos como la jardinería, la búsqueda de nuevas actividades, la interacción con familiares y amigos, el ejercicio físico y la interacción con las mascotas mejora significativamente la fatiga crónica.
En una muestra heterogénea de más de 300 trabajadores encontraron que las personas que dedicaron más tiempo a participar en ocupaciones de ocio activo reportaron un sueño significativamente mejor y una mayor recuperación del estrés relacionado con el trabajo. Encontraron que la actividad social era más predictiva de una mejor recuperación, seguida del ejercicio físico y los pasatiempos.
Esto significa que enfocar todo tu tiempo en trabajar, lejos de volverte productivo, puede llevarte a un círculo vicioso que nunca termina.
Quizá te ocurra que al no poder sacar todos los pendientes del trabajo comiences a renunciar a ver a tus amigos o al curso de fotografía al que te habías inscrito o a hacer ejercicio en casa. El problema es que esto hace que te recuperes menos del estrés laboral y que tu productividad disminuya.
En mi artículo anterior hablaba sobre la importancia de que como dueño de tu negocio es importante que alientes a tu equipo a mantener horarios de trabajo razonables y que tú seas el primero en poner el ejemplo, desconectándote del trabajo cuando termine tu horario laboral.