Surge así la división del trabajo y permite llegar a una especialización, dicho en otra palabras, mejor calidad y menor precio.
Es aquí donde se introduce la palabra precio, o como lo identifican los economistas, valor, dado por las horas empleadas para la transformación de materia prima, introduciendo la moneda, y si pensamos en el México prehispánico, las primeras monedas eran cacao.
Pronto comienza a evolucionar y a acuñar las primeras monedas, en metales como oro y plata, lo que permite a través de ellos indicar su valor por el peso. Pero imaginemos andar con nuestros bolsillos llenos monedas de oro, esto resultaba sumamente peligroso y era un peso innecesario, por ello se decide imprimir papel para crear los billetes; sin embargo, las personas difícilmente confiaban en ellos, ya que era mucho más tangible su valor en una moneda.
Por ello se crearon diferentes instituciones encargadas de regular y garantizar el valor del dinero, a través de reservas, esto es, debía tener respaldo en oro o piedras preciosas.
Pronto todas las economías comenzaron a usar el patrón oro, no obstante, pronto cambió para tener un respaldo en plata, petróleo o incluso la capacidad productiva de cada país. Actualmente ya se ha abandonado este tipo de respaldo; un ejemplo es el dólar, en Estados Unidos desde la década de los 70´s se optó por el uso de dinero fiduciario, es decir, se basa en la confianza y fe de la población, no por nada sus monedas y billetes tienen la frase “In God we trust”.
Pero, ¿cómo es que los organismos internacionales permitieron que no se contara con esas reservas? Por sus altos niveles de producción y su comercio internacional, que han permitido que la moneda conserve su valor a lo largo de los años, y aquí justamente surge una intrigante, la moneda de Estados Unidos es la misma desde hace décadas, solamente se imprimen billetes nuevos con la misma imagen para sustituir aquellos que se han desgastado.
Pero algo curioso ocurre con el caso mexicano, y realmente no es que seamos innovadores u originales y estemos cambiando continuamente la imagen de nuestros billetes, nos han hecho creer que es debido a la falsificación, resultando completamente incongruente, ya que sería mucho mas factible elaborar dólares que carecen de todos aquellos niveles de seguridad que nuestros billetes, los cuales cuentan con una app para ver cómo se mueven. Son realmente gastos innecesarios por parte del Banco de México, pero todo ello tiene una sencilla explicación.