La formación bruta de capital fijo describe la compra de bienes y recursos que los inversionistas realizan para incrementar el valor y el volumen de sus activos fijos. Medirla como proporción del PIB es útil para ilustrar la relación entre la inversión y la actividad económica, así como evitar confusiones por los montos a los que ésta asciende.
Para que un país como México incremente sus niveles de crecimiento y desarrollo, la inversión debería representar alrededor del 24% del PIB. En el segundo trimestre de 2020, ésta fue de 17.2%, la proporción más baja desde el 2º trimestre de 1996.
Históricamente, la inversión del sector privado ha superado a la del sector público de forma considerable: en promedio, en los últimos 5 años la inversión privada representó 18.6% del PIB, mientras que la pública apenas el 3.1%.
Durante el 2T2020, la inversión proveniente del empresariado mexicano representó el 15.2% del PIB, con una contracción anual de (-)37.4% y la pública, 2.7%, con una caída anual de (-)10.2%.
Si bien refleja recursos asignados hoy, la tendencia de la inversión es indicativa de las expectativas de crecimiento en la producción mañana. En ese sentido, la pandemia no ha sido el único factor de caída.
Aunque el segundo trimestre del año fue particularmente duro para la mayoría de los indicadores que publica el INEGI, la inversión mostró tendencia a la baja desde finales de 2018.