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Capital de trabajo: lecciones que hemos aprendido del COVID-19

El enfoque de administración eficaz del capital de trabajo no es nuevo y debe ser indispensable en la gestión de cada compañía en cualquier momento que se encuentren, apunta Jorge de Lara.
mar 29 septiembre 2020 07:04 PM

(Expansión) – Las compañías han respondido de diferentes formas a la pandemia de COVID-19, ya sea con estrategias enfocada a clientes, proveedores o personal. He observado entre nuestros clientes corporativos (directores de finanzas, dueños y tomadores de decisión), que la gestión eficaz del capital de trabajo fue y seguirá siendo, una de las prioridades más importantes del negocio, sobre todo, cuando aún no sabemos hasta cuándo continuará el impacto a las finanzas y liquidez de las compañías derivado de la contingencia.

Recordemos que todas las decisiones de negocio deben tener como foco la salud del capital de trabajo, pues de él depende la continuidad en la operación de una compañía al contar con recursos que permitan solventar los gastos fijos y variables. Garantizar el capital de trabajo significa para las compañías la oportunidad de establecer ciclos de producción estables y duraderos.

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El enfoque de administración eficaz del capital de trabajo no es nuevo y debe ser indispensable en la gestión de cada compañía en cualquier momento que se encuentren. Y la crisis sanitaria de COVID-19 está resaltando su relevancia entre todo tipo y tamaño de negocios.

Como en muchos aspectos de la vida, los cambios deben empezar desde adentro. Por ejemplo, el área de re estructura financiera corporativa de Deloitte nos sugiere que los primeros ajustes que hagamos sean en el interior de nuestra empresa, es decir, que lejos de depender de terceros o de inyección de capital externa, observemos internamente cuáles de nuestros procesos necesitan mejorar. Entonces, ¿qué depende de nosotros?

- Automatizar la facturación. Regularmente en la facturación suelen haber grietas que retrasan los ingresos y los pagos a proveedores, ya sea por registros o anulaciones manuales que aún se hacen en algunas empresas.

Para evitarlas, los sistemas automatizados de pago pueden mantener ordenadas las entradas y salidas de efectivo, además de ahorrar tiempo y recursos, tanto a clientes como proveedores. Con un sistema de automatización en la facturación, no solo evitamos las fugas de efectivo sino también cualquier intento de fraude.

- Pago a proveedores en el momento adecuado. Sabemos que las áreas financieras se esfuerzan por pagar a tiempo a los proveedores, pero a menudo, me he encontrado con prácticas de pago que pueden afectar directamente en la liquidez del negocio.

Uno de esos escenarios es cuando los pagos se hacen antes de las fechas acordadas con el proveedor, lo que causa pérdida de intereses en cada transacción, esto sería como otorgar un préstamo sin intereses.

Pagar tarde es otro de los errores que más cometen las áreas de finanzas, que origina molestias y puede dañar la relación con los proveedores. Si un cliente tiene este tipo de problemas constantemente, puede verse obligado a imponer penalidades por pago tardío, a renegociar o terminar el acuerdo.

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La pandemia acelera la revolución 4.0 en las empresas

Un excelente recurso, son los programas automatizados que pueden calcular la brecha entre el momento en que se paga a los proveedores y el momento en que están obligados a pagarles. Esta misma herramienta, incluso podría ayudar a predecir las ganancias potenciales de capital de trabajo.

- Personalización de pagos. En lugar de establecer una misma política de pago para todos los proveedores, los líderes financieros pueden establecer criterios personalizados para cada proveedor, dependiendo su categoría, tipo de negocio, ubicación geográfica o prioridad para el negocio.

Esta acción puede ayudar a los financieros a tomar mejores decisiones para maximizar el dinero que la empresa ya tiene en mano, así como a estrechar las relaciones con los proveedores, debido al detalle de la personalización e importancia que se les brinda.

Una de las grandes lecciones que estamos aprendiendo del COVID-19 es que no todas las organizaciones se centran en fortalecer sus procesos. He conocido equipos financieros que priorizan soluciones a corto plazo, como retrasar los pagos a los proveedores o enfocarse en la cobranza. Incluso hay algunas empresas que están utilizando la inyección de dinero externo (privado y público) para ganar tiempo, sin tomar medidas para mejorar áreas que están bajo su control, como el capital de trabajo.

Una mejor estrategia sería buscar las acciones que nos permitan construir un modelo sustentable que vaya adaptándose a los escenarios imposibles de predecir, especialmente cuando todavía no se vislumbra un final para los factores operativos causados por la pandemia de COVID-19.

A medida que la pandemia siga impactando la economía, los administradores inevitablemente necesitarán implementar procesos de gestión de trabajo que puedan responder de forma sostenible y automatizada a los desafíos del futuro.

Nota del editor: Jorge De Lara es Vicepresidente y Gerente General de Global Commercial Services para American Express México y América Latina. Cuenta con más de 15 años de experiencia en el sector comercial y de servicios, enfocado en la apertura, expansión y adquisición de clientes corporativos tanto en México como en otros países. Jorge ha colaborado para compañías internacionales del sector financiero y de servicios. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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