Transformación digital como cura a la pandemia | #CómoReactivarMéxico
El país necesita crear una base de oportunidades de inversión para empresas innovadoras en etapas tempranas, orientada a obtener altas tasas de rendimiento por la vía de un crecimiento rápido y exponencial, dada su base tecnológica.
La maduración de emprendimientos basados en ciencia y tecnología depende del grado de avance en la generación del nuevo producto. Asimismo, de él depende su plan de inversión, puesto que las expectativas de beneficios están asociadas al nivel de conocimiento técnico alcanzado, lo que significa que la ventaja tecnológica, también puede representar una primicia comercial, esto se concretaría en la realidad siempre y cuando esa novedad técnica y su aplicación pueda susceptible de protección intelectual (propiedad industrial o derecho de autor).
La creación y la expansión de las empresas de base tecnológica deben ser el resultado conjunto de la inversión pública y privada en ciencia, tecnología e innovación. Sus actividades se basan en el conocimiento contribuyen al crecimiento económico y a la creación de oportunidades de empleo calificado. Con frecuencia contribuyen a resolver necesidades sociales en áreas como salud, energía, medio ambiente e inclusión social.
OPINIÓN. Estructura productiva: entre demanda y oferta de innovación y conocimiento
De acuerdo con la OCDE, México está a la zaga de países de niveles similares de desarrollo en cuanto a su capacidad para aprovechar sus avances científicos y tecnológicos para fomentar el desarrollo de nuevas empresas de base tecnológica.
A diferencia de los proyectos de cualquier índole técnica, arquitectónica o industrial, los emprendimientos de base tecnológica se caracterizan, principalmente, por el grado de incertidumbre asociado al riesgo de lograr el objetivo del mismo.
Es deseable desarrollar aún más la industria de capital privado en México, sobre todo para garantizar recursos para las nuevas empresas de base tecnológica, especialmente en etapas tempranas. Este déficit de inversión en este segmento de empresas es una falla de mercado, por ello el sector público debe de intervenir a través de una política de inversión, que considere las externalidades positivas asociadas al financiamiento de empresas tecnológicas.
Otro actor fundamental para fortalecer este ecosistema de emprendimiento tecnológico, son las asociaciones o gremios empresariales; quienes pueden facilitar el acceso al conocimiento, la experiencia, los contactos e incluso darles visibilidad ante las diversas fuentes formales de inversión y financiamiento, favoreciendo la creación de lo que se ha venido denominando como “capital social”, el cual juega un papel importante en el surgimiento de empresas de alto crecimiento.
Nota del editor: Juan Alberto González Piñón es director de Spark UP y académico de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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