El iPhone 12 es el inicio del nuevo gran negocio de Apple

Una promesa que hace 10 diez años despertó el entusiasmo de un generación entera, cuando Google presentó la primera versión de sus famosos lentes de realidad aumentada los Google Glass. Pero el producto nunca voló, fuera de algunos desarrolladores entusiasmados por pagar 1,500 dólares, Glass jamás alcanzó un versión de venta al público y su funcionalidad, un tanto limitada, impidió que el producto encontrara una propuesta de valor más allá de ver el clima, la hora, tu calendario o la ruta para llegar de un punto a otro.

Pero el interés no ha cesado, a Google le siguió una serie de grandes compañías como Snap Inc, Leap o el mismo Microsoft (que no se rinde con HoloLens), además de decenas de pequeñas Startups. Todos con la misma idea: colocar sobre nuestros rostros lentes que nos permitan combinar la realidad física con la virtual. Ninguna de ellas con éxito real y muchas limitadas a pequeños experimentos o sectores controlados.

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Y si bien como usuarios podríamos ver lejana esa realidad de usar lentes o cascos y caminar por la calle mientras vemos datos digitales flotar sobre objetos y personas, lo cierto es que todos los días la mayoría de nosotros ya interactuamos con la realidad aumentada. Cada vez que tomamos nuestro teléfono y usamos redes como Instagram, TikTok o Snapchat para cambiar o alterar nuestro rostro a través de filtros para hacernos más bellos, más feos, jugar juegos, modificar nuestra voz o responder qué personaje de Harry Potter o Pokémon somos, estamos utilizando la realidad aumentada. Y no somos pocos, Snap Inc confirmó hace unos meses que más de 130 millones de sus usuarios utilizan sus filtros, más de 30 veces por día.

La consultora eMarketer recientemente publicó que solo en Estados Unidos, 43.7 millones de estadounidenses, 15.1% de los usuarios de internet de ese país, usarán filtros de realidad aumentada dentro de una o varias redes sociales durante 2020. Cifra que se espera alcance los 50 millones de usuarios en los próximos dos años.

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Pensar que AR es un nicho para los usuarios más geeks o los entusiastas de la tecnología con dinero es un claro error, pues durante años nuestros teléfonos inteligentes y sus cámaras, cada vez más avanzadas, se han convertido en nuestra principal ventana a esa tendencia, son ellos los que nos han acostumbrado, muchas veces sin darnos cuenta a que la convivencia entre los mundos físicos y digitales es simple, divertida, informativa y, para las empresas detrás de ellos, es económicamente rentable.

Datos de la consultora IDC estiman que AR/VR son posiblemente las dos tendencias tecnológicas que más crecimiento tendrán durante los próximos cinco años. Al cerrar 2020 con un gasto global por arriba los 18,000 millones de dólares, 78% más que lo registrado en 2019, y que para 2024 rebasará los 134,000 millones de dólares.

Apple conoce el valor y potencial de ese mercado. Desde 2017, cuando presentó ARKit, la firma de la manzana no ha dejado de insistir en convencer a desarrolladores de aplicaciones del potencial de la realidad aumentada. Desde juegos de video o apps que te permiten ver cómo se verá un mueble en tu casa, hasta servicios educativos o programas de asistencia médica, Apple quiere que los más 1,500 millones de dispositivos activos de iOS se vuelvan piezas clave para afianzar su dominio en el sector.

Es ahí donde el nuevo iPhone 12, en especial el modelo más costoso, entrará en juego. Pues todos los rumores apuntan a que será el primer equipo de la marca en integrar una tecnología conocida como sensor LiDAR, que en resumen le permite al teléfono entender, ver y reconocer los objetos que tiene enfrente en cuestión de segundos, de forma constante y nivel milimétrico.

Y si bien la tecnología ya forma parte del iPad Pro que se lanzó a principios de año, el formato compacto de un teléfono abre la puerta para la compañía en dos caminos. El primero, más simple y de menos impacto, es la posibilidad de tener mejores experiencias y aplicaciones de realidad aumentada.

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Sin embargo, el segundo, de mediano alcance y alta disrupción, abre la posibilidad de que este tipo de sensores comiencen a utilizarse en los próximos años no solo en los modelos más costosos de iPhone, sino en equipos de otras marcas y de otros precios, masificando su uso y beneficio, e incluso dando vida de nuevo a esa serie de gadgets o dispositivos, como lentes o anteojos inteligentes, que por fin nos permitan tener acceso a una realidad funcional y accesible en la que bastará con mirar para poder comprar, interactuar u obtener más información de todo lo que nos rodea.

Y Apple no está solo en la competencia. Hace unas semanas, Facebook presentó el arranque de uno de sus proyectos más ambiciosos: Project Aria, un par de anteojos inteligentes (por ahora solo en fase experimental) que tienen la capacidad de mapear, digitalizar y conocer el ambiente por el que el usuario camina.

Así como Google inició hace años desplegando autos con cámaras, GPS y radares para mapear ciudades enteras y fortalecer su servicio de mapas digitales, Facebook comenzará a finales de este año a entregar (primero en su campus de California) estos anteojos a sus empleados para comenzar recrear representaciones virtuales del mundo que nos rodea.

VIDEO: Ve aquí el video de Proyect Aria

Aún quedan muchos temas pendientes sobre la privacidad y seguridad que implica llevar una computadora en tu rostro de forma permanente. Pero si queremos formar parte de esas discusiones o competir económicamente en este naciente sector, nos conviene entender y rápido que la realidad aumentada hace tiempo que dejó de ser un concepto de la ciencia ficción o una novedad de nicho para los avezados en tecnología.

Probablemente no será 2021, ni 2022, cuando el mundo conozca los lentes de realidad aumentada de Apple, pero el evento del martes es más que la presentación de los nuevos iPhone para la compañía, es el banderazo de salida para madurar y competir en un sector que cambiará el mundo, no tanto como los conocemos, sino más bien como lo vemos.

Nota del editor: Carlos Fernández de Lara es un periodista especializado con más de 15 años de experiencia en el campo de la ciencia y la tecnología. Ha colaborado para medios como PC World México, Excélsior, InformationWeek y Grupo Expansión. Cuando no anda probando un nuevo gadget para entender el impacto y cambio que puede tener en las vidas de los usuarios, se dedica a analizar las tendencias tecnológicas, sus repercusiones y si es cierta la promesa que conllevan de mejorar la vida humana. Apasionado de los videojuegos y la realidad virtual. Síguelo en Twitter , Instagram ; escúchalo en su podcast semanal GamerHubMX y/o escríbele a cfernandezdlara@gmail.com. Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

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