Una vacuna contra la crisis | Expansión Summit 2020
- El sistema de patentes debe eficientar sus procesos de gestión, optimizando la tramitación burocrática y aprovechando los mecanismos de cooperación internacional, para incentivar que las pequeñas y medianas empresas puedan traducir nuevas ideas en procesos y productos de valor para el país.
Estas limitantes también son atribuibles en parte a las dificultades técnicas y gastos inherentes al funcionamiento del sistema de patentes tal como hoy existe.
- Se requiere incrementar la cantidad y mejorar el nivel técnico de los examinadores, pues la problemática operativa más urgente del sistema nacional de patentes es la limitada capacidad de atención al volumen y la complejidad de las actividades tecnológicas, lo cual ejerce fuertes presiones en los examinadores de patentes.
- Ofrecer a los investigadores asistencia técnica y prácticas de gestión tecnológica; el actual sistema de patentes en México supone costos sociales importantes y podría desalentar la innovación más que incentivarla.
- Aprovechar los programas y apoyos provenientes de organismos internacionales, tal es el caso del Programa de Asistencia a Inventores (PAI), esta es una iniciativa de la OMPI en cooperación con el Foro Económico Mundial, es el primer programa de alcance mundial que vincula a los inventores y las pequeñas empresas de escasos recursos financieros de países en desarrollo con abogados de patentes.
Estos expertos prestan sus servicios de asistencia jurídica de forma gratuita al objeto de ayudar a los inventores en los procedimientos para la obtención de protección por patente. Este programa hoy solo es aplicado por Colombia, Ecuador, Filipinas, Marruecos, Perú y Sudáfrica.
- Establecer una política que incentive a que las empresas transnacionales con operaciones en México generen intencionalmente derrames horizontales y verticales de esas nuevas técnicas y métodos, con el fin de apoyar la acumulación de capacidades tecnológicas en la industria nacional; es decir, alentar e incentivar a que estas empresas extranjeras busquen transferir tecnología y conocimientos directamente a las empresas nacionales que son parte de su cadena de proveeduría.
Los resultados mostrados dan evidencia de que la economía mexicana no ha propiciado las condiciones favorables que permitan fomentar la actividad inventiva de forma tal que se incremente el número de patentes mexicanas conforme crece la economía.
No se ha logrado establecer una acumulación de capacidades tecnológicas, ni una trayectoria tecnológica sólida que abra las puertas a lo que pudiera ser un círculo virtuoso entre los niveles de desarrollo tecnológico y las tasas de crecimiento económico en términos reales.
Nota del editor: Juan Alberto González Piñón es director de Spark UP y académico de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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