Para subsanar esta fallida atención sanitaria llega el control digital, el estilo de aquel texto referido como 1984. La realidad orwelliana se está haciendo cada vez más presente. El programa orquestado en las entrañas de la CDMX implica la recopilación de datos personales de alta 'criticidad', pues, al hablar de un estado de salud de inmediato se encienden los focos rojos sobre el manejo que esto pudiera tener.
Una de sus funcionalidades es la de avisar si alguien ha estado en contacto con alguien contagiado por COVID, de inmediato identificados como “los apestados”, cuya discriminación se haría sin duda notoria, buscando algún tipo de escarnio y rechazo por el hecho de desconocer su estatus de salud, hasta que la aplicación lo indique.
No hay que ir al fondo para indagar que detrás hay mecanismos tecnológicos de identificación a cualquier persona, cuya ubicación, CURP, número personal, estarán ligadas, cosa que ya ocurre con la app de la CDMX. Para este caso se presume que para tener un poco de seguridad hay que ceder privacidad.
Existe una técnica digital llamada perfilamiento o profiling, la cual a simple vista se podría identificar como una estrategia de marketing para lograr un mayor impacto, analizando hábitos, otras veces basta con el simple hecho de tener un registro con fecha de nacimiento y nombre para indagar, una locación de movilidad y uso, etc.
Si bien las autoridades afirman que no se vulnerará algún tipo de dato personal, no se descarta la posibilidad de que existan terceras personas malintencionadas que lo utilicen para el perfilamiento más allá del control.
Recordemos que se vienen temporadas de elecciones, en las cuales el mundo digital es factor clave para lograr sumar adeptos a la causa personal de cada figura política, dándole a cada uno lo que quiera ver, seccionados en grupos acorde a las edades, a las zonas de vivienda en donde el GPS tenga mayor actividad en las consultas.
Existen también ataques digitales donde se involucra el uso de códigos QR para llevar a cabo alguna redirección a un sitio web apócrifo, inyectar malware, etc. No descarto tampoco la posibilidad de que sea sustituido el punto de escaneo con una calcomanía previamente impresa por un atacante que busque dañar o algún beneficio económico o de información a los comensales que acudan a algún restaurante sumamente concurrido.