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Menos dinero en efectivo, más recaudación

El Gobierno federal debe recaudar más para cumplir con sus obligaciones y destinar gasto a la atención de la crisis sanitaria y económica, señala Luis Mauricio Torres Alcocer.
lun 14 diciembre 2020 11:58 PM

(Expansión) – La pandemia por COVID-19 es el reto más grande al que se enfrentan las economías y las finanzas públicas del mundo. En 2020 la actividad económica en México se habrá desplomado cerca de 9% respecto del año anterior y esto se reflejará en una caída de la recaudación fiscal. Para finalizar el año, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) prevé un déficit de ingresos presupuestarios de casi 270,000 millones de pesos (mdp).

Pero, ¿qué pasaría si el Gobierno federal tuviera la oportunidad de recuperar 140,000 mdp en recaudación fiscal sin aumentar impuestos? El Instituto Mexicano para la Competitividad y Mastercard tienen una idea : incentivar el uso de medios de pago electrónico y reducir el uso de dinero en efectivo en la economía.

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En nuestro país siete de cada 10 transacciones de consumo en México se hacen con dinero en efectivo. Estas transacciones no utilizan medios de pago electrónicos como las tarjetas de crédito, débito, transferencias, pagos en línea, monederos electrónicos, dinero móvil o CoDi. Al encontrarse fuera del sistema financiero y ofrecer anonimato a las partes involucradas en la transacción, estas operaciones son virtualmente imposibles de rastrear. El dinero en efectivo facilita la evasión y dificulta el cobro de impuestos a la economía informal.

De acuerdo con estimaciones recientes de EY y Mastercard, en México la economía informal basada en efectivo representa el 19.2% del PIB y genera pérdidas de recaudación fiscal por cerca del 2.6% del PIB, es decir, cerca de 620,500 mdp al año. Esta cifra es equivalente al 10% del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2021 o a casi la totalidad de los presupuestos destinados a las secretarías de Bienestar, Salud y Educación Pública.

Para recuperar una parte de esa recaudación perdida el Gobierno mexicano debe incentivar la adopción de medios de pago electrónicos y reducir el tamaño de la economía informal. La idea no es obligar a usuarios o establecimientos a abandonar los billetes y monedas o renunciar a su privacidad. Por el contrario, la tarea del Estado es ofrecer beneficios a consumidores y comercios para que usen y acepten transacciones electrónicas en la mayor parte de sus compras.

¿Cómo se puede lograr esto? Primero es necesario ofrecer a los consumidores exenciones fiscales y reducir los costos asociados al uso de medios electrónicos de pago como las tarjetas y transferencias bancarias. Segundo, en el caso de comercios se tiene que reducir el costo de operar pagos con tarjeta, subsidiar infraestructura como terminales punto de venta y ofrecer deducciones fiscales por ingresos reportados en medios de pago electrónicos.

Adicionalmente es posible incrementar los requerimientos en establecimientos de aceptar pagos electrónicos para compras, exigir pago de nóminas y otras contribuciones sociales por medio de transferencias, así como establecer montos máximos permitidos de consumo en efectivo. Por último, el gobierno debe poner el ejemplo y comprometerse a operar sus pagos 100% libres de efectivo para el pago a proveedores, contratistas de obra públicas, nóminas y esquemas de distribución de programas sociales.

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Si se implementan estas medidas de manera simultánea, la recaudación fiscal podría aumentar hasta en casi 140,000 mdp que equivalen al 2.2% del PEF 2021 o 4.4% de los ingresos tributarios reportados por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) en 2019. Tales recursos netos adicionales podrían financiar la totalidad del presupuesto destinado en 2021 para el programa de pensiones para adultos mayores (135,000 mdp) o el presupuesto de cinco programas prioritarios del Gobierno federal.

El Gobierno federal debe recaudar más para cumplir con sus obligaciones y destinar gasto a la atención de la crisis sanitaria y económica. Reducir el uso de efectivo en la economía es una alternativa para lograrlo. Sin embargo un reto adicional es gastar mejor. Las autoridades deben garantizar que el aumento en la recaudación se destine a financiar medidas de apoyo a familias y pequeños negocios afectados por la crisis, inyectar recursos al Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), mejorar los servicios públicos o financiar programas y proyectos de infraestructura con probada rentabilidad social.

Recaudar más no es fácil, pero México tiene una oportunidad de hacerlo sin más impuestos e incluyendo a más personas a los sistemas financieros formales. Menos dinero en efectivo, más recaudación.

Nota del editor: Luis Mauricio Torres Alcocer es Coordinador de operaciones y análisis económico del del Instituto Mexicano para la Competitividad ( IMCO ). Síguelo en Twitter y/o en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas del autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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