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Tu pasión como emprendedor también se puede convertir en kryptonita

Dedícate a lo que te apasiona, eso es un hecho, pero con una condición: no vivas persiguiendo objetivos, vive persiguiendo el proceso en sí mismo, apunta Iñaki de la Parra.
jue 24 diciembre 2020 11:59 PM

(Expansión) – Como emprendedor seguramente te apasionas y persigues la materialización de tus sueños. Tienes una resiliencia enorme y, a pesar de cualquier obstáculo, sigues adelante con tremendo ímpetu y enfoque. Pero, ¿enfoque en qué?

Para perseguir tu pasión a toda costa y en todo momento necesitarás un grado muy alto de confianza en ti mismo, autoconocimiento, paciencia, claridad, dirección y apertura al aprendizaje. Sin embargo, estás cualidades y fortalezas también pueden cegarte y hacerte caer en una falsa sensación de control, seguridad y “buen manejo del riesgo”.

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Posiblemente ya lo sabes, pero por si se te ha olvidado, tu pasión es toda aquella acción que te mantiene presente, empujando hacia adelante a pesar de cualquier circunstancia, especialmente en circunstancias externas retadoras, esas que no puedes controlar.

Por tu pasión como emprendedor estás dispuesto a dejar de hacer otras cosas, a limitar tu tiempo con personas que te importan, dejar pasar momentos importantes en tu vida, inclusive gastar dinero que no tienes o sacrificar tu salud a niveles inaceptables.

La pasión es ese espacio mental y corporal donde estás completamente presente y tienes esa sensación de “flow”; donde el tiempo pasa en otra dimensión, se minimizan las interacciones externas y los obstáculos se ven como simples retos que sortear; donde el aquí y el ahora son tan grandes que puedes sentir y ver con claridad tus objetivos. ¡El goce del camino es fenomenal!

¿Cómo que mi pasión puede ser mi kryptonita?

Bueno, simplemente el hecho de que tengas una pasión debe ser suficiente para alertarte de que se podría convertir en tu perdición. ¿Por qué? De entrada, es algo que te encanta hacer por encima de todo lo demás. Crees que es lo único que puede hacerte sentir verdaderamente útil y suficientemente vivo: presente en el momento, productivo y feliz.

Pues bien, la pasión es alimentada por una poderosa droga que produces en tu cuerpo y se llama dopamina.

Como toda reacción biológica, al ser una droga —además hacerte sentir física y mentalmente invencible, feliz y útil— es tremendamente adictiva, algo que seguramente has experimentado.

Mientras más practicas tu pasión, más se alimenta tu dopamina y más dopamina quieres en tu vida y ese puede ser el punto que lleve a la quiebra tu núcleo familiar, tu componente social, tu salud e inclusive tu propia economía personal o empresarial.

Por eso debes ser cauteloso al apuntar hacia tus objetivos y metas, porque mientras sigas avanzando, será natural que quieras retos más difíciles, más complicados para poder recompensar a tu centro de dopamina y que vuelva a liberarse esa sensación de control y disfrute.

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Si te metes en este círculo vicioso, puedes acabar contigo mismo, dañar irreparablemente tu círculo social y terminar bastante solo, además de cansado, probablemente enfermo y sí, con muchas medallas y éxitos que presumir, pero a costa de todo lo demás que en algún momento te importó.

¿Entonces qué debo hacer?

Dedícate a lo que te apasiona, eso es un hecho, pero con una condición: no vivas persiguiendo objetivos, vive persiguiendo el proceso en sí mismo.

La gran diferencia está en la orientación de la pasión, practicarla solo por el placer de hacerla, dejando que los resultados se den, que tu enfoque esté en los pasos, en el día a día: que el disfrute sea el camino.

La clave está en hacer que la validación externa se minimice, da pasos pequeños pero de crecimiento constante personal, empresarial, familiar y social, en todas las dimensiones que te sea posible. Mantén amplia tu apertura al aprendizaje y mantente en control de tu pasión, no al revés.

El enfoque es claro: procesos que te hagan perseguir tu pasión sistemáticamente, disfrutando del camino y que maximicen tu posibilidad de resultados satisfactorios, pero de manera colateral, más no sorpresiva.

Un proceso virtuoso basado en tus fortalezas y tus pasiones pero que al mismo tiempo tenga salidas de emergencia y alarmas para que te recuerden cuando tu pasión está opacando las otras áreas básicas de tu vida: tu salud, tu familia, tu seguridad y tu economía.

Es preciso que dejes recordatorios claros de cuándo las cosas pueden salirse de control basándote en tus experiencias del pasado. Los recordatorios son fundamentales, sirven para protegerte de ti mismo, lo cual es crucial en el mundo emprendedor cuando tantas veces te encontrarás solo y tendrás que tomar decisiones en plena oscuridad.

Nota del editor: Iñaki de la Parra es emprendedor desde muy temprana edad, actualmente hace negocios en América Latina, Europa y se enfoca en impulsar el crecimiento de personas y empresas que buscan alcanzar grandes metas. También ha practicado deporte de manera profesional coronándose como Campeón del Ultraman UK en 2012 y Campeón Mundial de Ultraman 2016. Síguelo en Youtube . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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