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El agua como instrumento financiero

El problema de la escasez va más allá de un riesgo monetario, por lo que todavía estamos a tiempo de evitar problemas no sólo en términos financieros sino sociales, opina Alejandra Vargas.
mié 10 febrero 2021 09:00 AM

(Expansión) - Como sabemos el agua es un recurso fundamental para la supervivencia de todos los seres vivos. Desafortunadamente, aunque es considerado un recurso renovable, es un elemento limitado o escaso, ya que, a pesar de que el planeta está cubierto en un 70% de agua, menos del 2% de este líquido lo podemos utilizar para nuestra subsistencia.

Si a esta situación le sumamos el hecho de que no se utiliza este recurso de manera responsable, la pregunta que nos podemos hacer es: ¿cuánto tiempo nos queda para poder seguir utilizando libremente este recurso? ¿Qué podemos hacer para contrarrestar el mal uso del agua? Y, por último, ¿cómo se va a distribuir el recurso, siendo el agua un derecho humano esencial?

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El agua hoy en día tiene varios usos que van desde el residencial, agrícola e industrial, y todos son de suma importancia, pero habiendo tantos habitantes en el mundo y tomando en consideración el incremento de la población, el aumento de la producción agrícola y los efectos provocados por el clima, ¿cómo se le hace para satisfacer la demanda de agua siendo un recurso escaso y cómo es que le podemos agregar un valor monetario a un bien considerado un derecho humano?

Desgraciadamente no tengo la respuesta a las preguntas planteadas anteriormente, pero derivado de esta preocupación alrededor de la futura escasez del agua, algunas consultoras financieras se dieron a la tarea de desarrollar un índice del preciado líquido llamado “ Nasdaq Veles California Water Index”, que sigue el precio del recurso natural en cinco regiones del estado de California, la cual es una buena herramienta de referencia para algunos sectores como el agrícola o industrial.

Sin embargo, en los últimos años esto no ha sido suficiente, pues derivado de sequías inesperadas y que -al ser fenómenos naturales-, no se cuenta con una fecha fija de término, los agricultores han tenido presiones financieras, lo que los ha llevado a buscar invertir en diferentes formas de mitigar su exposición al riesgo inherente del agua.

Cabe la pena mencionar que uno de los países que más consume agua a nivel mundial es Estados Unidos y como resultado de la situación que se presentó en California, el Chicago Mercantil Exchange (CME) lanzó a finales del 2020 los “futuros del agua”, los cuales están basados en el índice previamente mencionado, de esta forma tendríamos en los mercados financieros, por primera vez en la historia, un producto regulado, dando un precio de referencia internacional, lo que permite a productores tener un poco más de certeza respecto a variaciones de precios y abastecimiento, ayudando así a alinear la oferta y demanda.

Lo anterior ha vuelto al agua un commodity, pero con algunas limitaciones, es decir, al llegar al vencimiento del contrato no tiene la opción de entrega en especie, ya que no se puede trasladar al lugar de compra, por lo que a final de cuentas sólo ayudará en términos financieros.

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Perforar pozos de agua, un negocio creciente en una Caracas en sequía

Terminando con la explicación del nuevo instrumento, considero un tema polémico el ponerle precio a un derecho esencial de la humanidad y, más aún, negociar un precio futuro; sin embargo, también debemos tomar en cuenta los beneficios que trae este nuevo sistema, ya que se considera que derivado del instrumento se estaría incentivando la inversión para una gestión más eficiente del ciclo del agua, la cual es muy necesaria si queremos evitar problemas serios de escasez en el futuro.

Por otro lado, si no pudiéramos frenar este efecto, a largo plazo el exceso de demanda y poca oferta incrementaría los precios del agua, lo que al final sería una consecuencia del mal uso que le hemos dado y una sanción por así decirlo.

Hoy en día la regulación en torno al agua no está del todo clara y tampoco se castiga el uso indiscriminado o el desperdicio de la misma, por lo que dejárselo al mercado mediante la oferta y la demanda no me parece una idea descabellada, aunque tampoco es suficiente desde mi punto de vista.

El instrumento es una buena herramienta financiera para mitigar riesgos a la hora de calcular variaciones de precios y costos, pero el problema de la escasez va más allá de un riesgo monetario, por lo que creo que todavía estamos a tiempo de evitar problemas no sólo en términos financieros sino sociales relacionados con la escasez del agua.

Nota del editor: Alejandra Vargas es analista bursátil en Grupo Financiero BX+, financiera y un poco contadora, practica patinaje sobre hielo, yoga y le gusta leer libros de varios temas. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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