Por otra parte, tenemos que para el día 13 de enero la historia es ya conocida desde un foro en línea. Un grupo de inversionistas se organizó para impulsar la compra de acciones de GameStop llevando a un precio de cierre de 39.4 dólares un crecimiento del 57% desde el 11 de enero, para el día 14 la acción sube el 27% más.
Para el 19 de enero, fondos de coberturas toman posiciones cortas esperando el regreso a 20 dólares, pero al día siguiente el precio continuó en aumentos y los vendedores en corto comienzan a enfrentar pérdidas. Para el 29 de enero con un precio de 325 dólares se estiman pérdidas para los fondos por 5,000 millones de dólares (mdd).
Para el 26 de enero quien comenzó la “revuelta” mostraba cómo habían convertido 53,000 dólares en 48 mdd. Según publicaciones sobre este caso, lo que lo llevó a comprar acciones de la compañía meses anteriores es que “Wall Street no valoraba cuánto se iba a beneficiar GameStop con los lanzamientos de las nuevas consolas de videojuegos”.
En la lista de este frenesí sonaban otras compañías tales como AMC, Nokia, BlackBerry, American Airlines, Bed Bath & Beyond, Castor Maritime, Express, Koss, Naked Brand, Sundial Growers, Tootsie Roll y Trivago. Para este caso algo que tienen en común estas empresas con GameStop es que pasan por un mal momento y hay quienes apuestan a que su situación empeora por lo que sus acciones bajan y los inversionistas de alguna manera podrán obtén un beneficio de esto.
Pero y, ¿ahora qué? ¿La economía global está en manos de personas posteando en blogs desde su garaje? Pues no, no es momento de entrar a todos los grupos en Facebook o hilos en Twitter que hablen sobre inversiones en las Bolsas de Valores. Ya que para que este tipo de estrategias se masifiquen se requieren grandes montos de dólares que posiblemente están fuera de los recursos de los inversionistas aficionados que provocaron este caso de GameStop, por lo cual es complicado que este tipo de ejercicios causen alguna inestabilidad a los mercados financieros.