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Los servicios públicos eficientes son el reto metropolitano

A medida que las ciudades han ido desarrollándose, los retos por establecer mejores condiciones para su implementación van en aumento, señala Sebastián Guzmán.
mar 01 junio 2021 11:58 PM

(Expansión) - Los servicios públicos representan ‘la cara más aparente del gobierno’ y deben ser visualizados como un sistema, el cual va más allá de solo cubrir un conjunto de necesidades sociales. Estos cumplen un rol específico en la calidad de vida de las personas y su eficiencia debe ser vista, no como un gasto por parte de los gobiernos, sino como un factor necesario de mejora continua.

Entender qué es un servicio público eficiente parece complejo. A medida que las ciudades han ido desarrollándose, los retos por establecer mejores condiciones para su implementación van en aumento. El error común se centra en priorizar proyectos de resonancia política momentánea, dejando de lado las necesidades que beneficien a la sociedad a largo plazo.

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En este sentido, un servicio público eficiente es aquel que considera dos variables: la estructura y la infraestructura, mismas que requieren de un desarrollo paralelo para su éxito. Por un lado, la estructura hace referencia al nivel de gobernanza efectivo del gobierno y de las instituciones que lo conforman; su principal indicador es la asertividad en la toma de decisiones, que van desde una adecuada ejecución del presupuesto, hasta una planeación ordenada en función de las necesidades prioritarias y futuras de la población.

La situación actual en México presenta un escenario desalentador para esta variable. En 2020 los estados y municipios enfrentaron un recorte presupuestal de $108 mil millones de pesos , un monto que se suma al generalizado en la APF cercano al 75% y que ha afectado significativamente la operatividad en diversas instituciones públicas a lo largo del país.

Aunque cualquier ajuste presupuestario es cuestionable, las políticas económicas del Ejecutivo han debilitado las arcas locales. Si bien existen mecanismos de financiamiento que permiten contar con mayor capital de inversión, hay que recordar que la base ejercida en los servicios públicos proviene de los impuestos. El papel presupuestal del gobierno no debe quedar de lado y recaer en la ciudadanía, debe existir un compromiso por parte de los gobiernos en esta materia con sus habitantes.

Por otro lado se encuentra la infraestructura, la cual considera la capacidad instalada y el equipamiento necesario para el desarrollo e implementación de los servicios públicos. Aunque para muchos este puede ser considerado el factor más importante, no hay que olvidar que los sistemas de transporte, de agua potable, drenaje o alumbrado público, por mencionar algunos ejemplos, no funcionan por sí mismos. Estos requieren de un modelo operativo que optimice su funcionamiento, lo cual solo es posible con una estructura gubernamental correcta.

Bajo esta idea es importante destacar que la mayoría de la población en Latinoamérica vive en zonas metropolitanas, gestionadas por más de un gobierno local. En México este fenómeno es común, teniendo como principales exponentes a la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara. Esto implica planear los servicios públicos con una visión extendida, considerando las ciudades como un conjunto, lo que requiere necesariamente, asociaciones entre municipios incluso a nivel estatal y federal.

Existen casos de éxito bajo modelos de colaboración locales para la implementación de servicios públicos en México, tal es el caso del SIMEPRODE en el estado de Nuevo León. Dicho organismo se encuentra integrado por los municipios que conforman el Área Metropolitana de Monterrey y tiene por objetivo el manejo, disposición y aprovechamiento de los residuos sólidos urbanos generados en la zona.

Con el apoyo del Fondo Mundial del Medio Ambiente y el Banco Mundial, se desarrolló un proyecto mediante la conformación de una asociación público-privada para el aprovechamiento energético de biogás proveniente de los residuos. Desde su puesta en marcha en 2003 a la fecha, se han generado 1,692 GWh de electricidad, que equivalen a una reducción de emisiones de 8 .2 millones de toneladas de dióxido de carbono .

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Dicha energía es aprovechada para el servicio de alumbrado público del municipio de Monterrey. Asimismo, abastece al Sistema de Transporte Colectivo ‘Metrorrey’, las instalaciones del organismo operador ‘Agua y Drenaje de Monterrey, I.P.D’ y del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Estado de Nuevo León (DIF).

Este ejemplo muestra la integralidad y los alcances del desarrollo de proyectos de servicios públicos en colaboración local, visualizados como un sistema el cual dispone de elementos que se conectan y permiten inferir positivamente uno en el otro. Este modelo expone que el reto metropolitano de brindar servicios públicos eficientes es posible de afrontar, mediante una estructura de gobernanza sólida y la ejecución de proyectos de infraestructura con planeación estratégica conjunta y a largo plazo.

Los servicios públicos deben evolucionar y crecer en paralelo con las ciudades, evitando que estos queden por detrás de las necesidades de la población. Asimismo, el apoyo en mecanismos de financiamiento como las asociaciones público-privada (APP), son claves para complementar la capacidad financiera local y poder brindar mejores servicios públicos a la ciudadanía bajo un enfoque de eficiencia.

Esta conjunción permite a su vez dar un mayor soporte en sus capacidades técnicas, mismas que son fundamentales para el desarrollo de proyectos exitosos en servicios públicos. Este hecho genera un doble beneficio en el cumplimiento de objetivos tanto a nivel político como de desarrollo social.

Más y mejores resultados son posibles, por medio de la voluntad política y la suma de esfuerzos de interés común. Atender las variables que responden a la función de la eficiencia en los servicios públicos es uno de los roles principales de cualquier gobierno, y el papel de la ciudadanía se encuentra en vigilar, proteger y exigir dichas condiciones por el bienestar de sus ciudades en el presente y para el futuro.

Nota del editor: Sebastián Guzmán es investigador en Ethos Laboratorio de Políticas Públicas. Síguelo en Twitter y/o en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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