El tendón de Aquiles de Mexico son y serán los energéticos. No tenemos un buen balance del consumo de la energía primaria y secundaria: el 63% se toma de nuestros recursos propios, pero importamos el 37%.
Crear nuevas empresas productivas del estado o filiales de Pemex y CFE no permitirá mejor el precio hacia el usuario final, como la empresa que pretende distribuir el gas LP en nuestro país. Y señalar que una empresa privada fue la que ocasionó la falla eléctrica del 28 de diciembre de 2020 —a sabiendas que la CFE debió verificar antes de hacer la interconexión—, no abona confianza y certidumbre a la inversión extranjera directa, como no tampoco lo hace el pretender regresar a un monopolio de contratación unilateral en el mercado.
Pierden el tiempo de México, porque el problema radica en la importación. Esta se ha incrementado en las materias primas, para poder ser transformadas, y se refleja en la balanza comercial, que ha aumentado el déficit en la parte de hidrocarburos, principalmente en el gas natural: las exportaciones por gasoductos de Estados Unidos a México promediaron 6,800 millones de pies cúbicos al día (MMpcd) en junio de 2021, un 25% más que en junio de 2020. Este aumento estuvo originado por las centrales eléctricas en el país, que utilizaron cerca de 4,900 MMpcd de gas natural para la generación de energía en junio, un 19% más en comparación con el año pasado.