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Por un regreso a clases seguro

La presión por regresar a las clases es enorme (...) pero ¿por qué no esperar a que se reduzcan un poco los contagios, a que hagan mejor efecto las vacunas?, cuestiona Adolfo Ruiz Guzmán.
mar 10 agosto 2021 12:07 AM

(Expansión) - En otras circunstancias, este espacio lo hubiera dedicado para escribir sobre consejos financieros para un regreso a clases exitoso, pero ahora por la situación que estamos atravesando, me gustaría hacer una reflexión sobre lo que implica hacerlo de forma segura desde la perspectiva de salud.

Estamos sorteando la tercera ola de COVID-19 en nuestro país y, en general, se tiene la percepción de que muchas personas han relajado las medidas e incluso hay quienes viven como si ya no existiera. Ese es el caso de muchas instituciones educativas que buscan, a como dé lugar, regresar a clases presenciales en agosto. Como académico, con una trayectoria de más de 13 años al frente de grupos universitarios, estoy consciente de la necesidad de ver a los alumnos cara a cara y la convivencia cotidiana, pero no a cualquier costo.

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Muchas instituciones educativas han compartido protocolos, normas y capacitaciones, algunas tan absurdas como aprender a colocarse el traje tyvek que se emplea para zonas de atención COVID en los hospitales, bueno al menos en los privados. El mensaje que transmite no es muy positivo, aunque aclaro, uno corre el mismo peligro acudiendo a lugares cerrados o con poca ventilación.

A la mayoría de los educadores nos pusieron la vacuna CanSino, que si bien desde un inicio se sabía que solo ofrece una protección de poco más del 65%, al paso de los meses pierde su efectividad, por lo que los especialistas han recomendado un refuerzo o esperar la posibilidad de obtener otro biológico. Situación que no ha sido considerada.

Si bien cada institución es libre de llevar a cabo el esquema de contratación que más convenga para sus claustros académicos, quienes están por la vía de honorarios, no tienen contemplado ofrecerles esquemas de cobertura o respaldo, no consideran seguro de gastos médicos o tristemente, uno por fallecimiento.

No es por sonar catastrofista, pero es una realidad latente ante la imparable ola de contagios que vivimos en México y el mundo. Están más preocupados por pedir a sus maestros que les den evidencias que respalden que no son su principal fuente de ingresos, para no tener problemas con las autoridades laborales.

Hoy la principal fuente de contagios se da entre la población más joven, entre los 18 y 39 años, que justamente es la que se encontrará en las aulas universitarias próximamente. La vacunación va avanzando, pero no será suficiente para prevenir posibles brotes entre los estudiantes y a quienes se les da la opción de seguir en esquema híbrido; sin embargo, me pregunto y ¿por qué a los profesores no?

A los docentes que están por honorarios no se les otorga la mínima cobertura de salud o vida como mencioné, asumiendo el riesgo por la universidad. En caso de contagio no podrán ser imputados por riesgos laborales afirmando que se conoce el riesgo y esperarán, simplemente, a que se alivie el titular o a conseguir un sustituto.

La presión por regresar a las clases es enorme, sé que todos los que estamos en ello hemos estado a la altura del compromiso y del reto, alumnos como profesores, sacando lo mejor posible de los semestres, pero ¿por qué no esperar a que se reduzcan un poco los contagios, a que hagan mejor efecto las vacunas?

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El COVID-19 llegó para quedarse, es cierto que debemos aprender a vivir con ello, pero hoy es una realidad que en muchas instituciones educativas no pueden garantizar los espacios seguros para desarrollar las actividades académicas. Falta mucha cultura de prevención, desde cosas tan sencillas como lavarse constantemente las manos, procurar la sana distancia y ya me veo muy avaricioso de pedir que utilicen correctamente el cubrebocas.

Ojalá me equivoque y que el regreso a clases se dé en un ambiente adecuado, que se cumplan todas las disposiciones básicas sanitarias y que sea un éxito para el bienestar de todos, pero entre tanto, me gustaría invitar a tomar un momento y reflexionar sobre lo que está sucediendo cuando a la fecha que escribí esta colaboración, en México, se registraban más de 18,000 contagios y arriba de 500 defunciones diarias.

Por un regreso a clases seguro, asumamos la responsabilidad que nos corresponde y busquemos procurar la integridad de todos. Hoy por lo expuesto, me doy cuenta de que no será así.

Nota del editor: Adolfo Ruiz Guzmán es egresado de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación y del MBA por la Universidad Anáhuac Campus Sur. Es piloto privado y está realizando sus estudios y prácticas para convertirse en piloto comercial, en la Escuela de Vuelo AIRE. Actualmente se desempeña como director de Comunicación y Relaciones Públicas de Grupo Financiero B×+, tiene más de 10 años de experiencia en comunicación del sector financiero. Síguelo en Twitter . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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