(Expansión) - Los efectos del cambio climático y la degradación medio ambiental no pueden ser ignorados en la toma de decisiones de inversión debido a su influencia creciente en la rentabilidad y riesgos financieros. Ante esta amenaza, los datos tradicionales son insuficientes y poco confiables. La proliferación de ratings ESG que contemplan factores ambientales, sociales y de gobernanza nos preparan muy poco ante riesgos físicos como inundaciones u olas de calor.
Una solución más prometedora es el uso de datos geoespaciales. Éstos se refieren al tipo de información acerca de la superficie de la tierra, usualmente en términos de latitud, longitud, altura y tiempo. Tal información hace posible generar mapas para visualizar patrones que de otra manera no sería posible conocer con precisión, tal como movilidad poblacional o la transmisión de virus como el COVID-19.