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La cosecha de unicornios continuará

Los grandes inversionistas mexicanos menosprecian a los emprendedores y piensan que ellos, y solo ellos, son los dueños del balón, apunta Jonathán Torres.
mar 14 septiembre 2021 12:09 AM

(Expansión) - Limitar a las fintech. Frenar su expansión. Evitar su penetración… Es un secreto a voces que corre por el ecosistema emprendedor: la banca tradicional no está nada a gusto con los jugadores más jóvenes del sistema financiero mexicano que hoy registran un crecimiento exponencial y, frente a las tendencias que dibujan que vendrán más, el plan es poner todas las piedras que dificulten su camino.

La teoría dice: el capital emprendedor, donde más puede construir valor, es en aquellos sectores donde hay más deficiencia y, si de algo padece México, es de un sector financiero en el que dominan los malos servicios. Así, la brecha de mercado y el océano es tan grande en el mundo financiero que es ahí donde vendrán más unicornios. Le pese a quien le pese.

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Mientras el COVID-19 sigue aquí y la economía aún no da señales de recuperación, hay buenas noticias para el emprendimiento relacionadas con la reciente creación de unicornios mexicanos y con la próxima generación de otros más que, según los pronósticos, incursionarán en el e-commerce y en los servicios financieros.

¿Qué demonios está pasando en México? ¿Cómo se explica que, mientras la comunidad empresarial lamenta el mal clima de negocios, en el ecosistema emprendedor se cierren jugosos deals? Para el actual gobierno, el emprendimiento no es prioridad; su mirada está en los sectores y negocios tradicionales. Dicho lo anterior, los unicornios mexicanos que nacieron en tiempos de la llamada cuarta transformación son producto de factores ajenos a la coyuntura.

Mucha de la inversión que respalda a estas empresas obedece a una valuación futura. Visto así, el término “unicornio” es irrelevante porque estamos frente a una promesa de valor futuro. Su valuación sigue siendo un valor de papel. Pero las buenas proyecciones que arrojan responden, entre otros factores, al gran tamaño del mercado mexicano y a la aceleración del mundo digital.

En 2019, cuando llegó Nubank a México, empezaron a registrarse rondas de dinero muy importantes para las startups. Previamente, en 2014, la Reforma de Telecomunicaciones sentó las condiciones para ampliar los servicios de telefonía e internet. Ahora, aunque aún hay resistencias, la cultura a favor de las transferencias electrónicas gana más simpatías y las transacciones de dinero ya son muy comunes. Finalmente, la logística entre los mundos físico y virtual es cada día más eficiente.

La coyuntura política no está deteniendo el flujo de capital para el ecosistema emprendedor. El momento político podrá generar muchas fobias, pero los factores macro de la economía no están inhibiendo el apetito por invertir en México; un tipo de cambio estable, las proyecciones del PIB de siempre y uno de los climas políticos con menos agitación de América Latina (véase Chile, Perú y Colombia).

Pero esta historia tiene un matiz: la exponencialidad del emprendimiento mexicano responde al interés de inversionistas extranjeros. Si bien hay fondos e inversionistas mexicanos conscientes de las oportunidades de invertir en emprendedores, la mayor parte del capital mexicano no quiere invertir en el ecosistema.

Los fondos de pensiones, por ejemplo, podrían fondear el venture capital pero no tienen el interés y así la rentabilidad se va a fondos extranjeros. Los family office, por su parte, suelen invertir cuando están frente a activos baratos, modelos de renta de corto plazo, por lo que no necesariamente invierten en activos de alto riesgo como es el capital emprendedor.

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Entonces, a las cosas hay que llamarlas por su nombre: los grandes inversionistas mexicanos menosprecian a los emprendedores y piensan que ellos, y solo ellos, son los dueños del balón. No gustan de la competencia y prefieren el rentismo. Y es así que el rumor con el que arranca esta historia no es nada descabellado.

El gran problema, para ellos, es que las condiciones de mercado están permitiendo que muchos emprendedores crezcan como locos. Y eso ocurrirá gracias al acompañamiento de inversionistas extranjeros.

No hay duda, la temporada de unicornios continuará gracias a que estamos viviendo un momentum que permite la aceleración de valor como nunca lo habíamos visto. El internet y la tecnología están acelerando negocios con alto valor, a ritmos exponenciales. Hoy, la fiebre está en e-commerce y en servicios financieros. Mañana, en la educación. Después, en cualquier lugar y sector.

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“En países donde se acepta el libre mercado siempre se crean empresas grandes. Lo que es una novedad es el capital emprendedor financiando a unicornios, para que la velocidad de construcción de valor sea más alta”, dice Heberto Taracena, Managing Partner de Capital Invent. “No es un tema solamente financiero, es un tema de aceleración en la asimilación de innovación global”.

“Hay una generación de emprendedores tratando de comerse al mundo. Ya los tenemos en casa y vamos a ver más”, añade Álvaro Rodríguez Arregui, Managing Partner de Ignia. “Tienen una actitud diferente. Ya lo vimos con el fundador de Nubank, que ya anunció que donará el 100% de su fortuna. Eso no lo veríamos de ningún empresario tradicional mexicano. Pero no me cabe la menor duda de que muchos emprendedores mexicanos seguirán los pasos de David Vélez”.

Nota del editor: Jonathán Torres es socio director de BeGood, Atelier de Reputación y Storydoing; periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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