El gobierno quiere más dinero. Sea como sea. No viene una reforma fiscal, pero sí una miscelánea con muchos dientes, que le permitirá sostener los actuales niveles de recaudación, independientemente del comportamiento que registre la pandemia.
El chicotazo es cuestión de tiempo. En vísperas del arranque de la próxima Legislatura en el Congreso, el paquete fiscal para el próximo año está casi listo. La iniciativa de Ley de Ingresos será recibida por los nuevos diputados el próximo 8 de septiembre y se espera que el partido del presidente, Morena, la apruebe, con todo y los aspavientos de la oposición. Después, pasaría al Senado para ser aprobada el 31 de octubre.
Así, los intentos de diversos stakeholders no han sido tomados en cuenta.
En marzo de este año se creó el llamado Grupo de Trabajo para la Transición Hacendaria, encabezado por el diputado Alfonso Ramírez Cuellar, cuyo objetivo era dotar de sostenibilidad a las finanzas públicas, con un sentido de progresividad que construyera un nuevo acuerdo entre municipios, estados y Federación, pero sobre todo sentar las bases de un Estado de Bienestar.
Durante varios meses, organizaciones de la sociedad civil (como Fundar, OXFAM, IMCO, México Evalúa) e instituciones (Coneval, Colegio de México, UNAM) dotaron a Ramírez Cuellar de posturas que podrían dar vida a una reforma fiscal; por ejemplo, un impuesto mínimo para las grandes corporaciones, combatir la informalidad, la aplicación de una tasa generalizada al IVA, entre otras propuestas.
De acuerdo con los pronósticos de los mismos integrantes de dicho grupo de trabajo, sus posturas terminaron siendo una catarsis, pues aseguran que el gobierno ni los vio ni los escuchó. “Falta una reunión para dar por terminados los trabajos, pero no te podría decir si esto va a llegar a algún destino”, dice Enrique Díaz-Infante, integrante del Centro de Estudios Espinosa Yglesias. “Nuestra posición quedó plasmada en ese documento y no creo que vaya a transitar”. (El CEEY sugería dotar de seguridad social a todos los mexicanos, lo que implica salud universal y el pago de una pensión mínima consistente en dos salarios mínimos, así como detonar ya los proyectos de infraestructura)
Este 31 de agosto es el último día para celebrar la última reunión del Grupo de Trabajo para la Transición Hacendaria, cuyo documento -en el mejor de los escenarios- servirá como material informativo para la próxima Legislatura.