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La inversión en México y el caso de la inmobiliaria china Evergrande

Hay que ser cautos sobre a qué proyectos decidimos asignar los recursos públicos, ya que tienen impactos de largo plazo en las condiciones económicas del país, considera Adriana García.
jue 23 septiembre 2021 12:10 AM
Tres gráficas que explican el impacto de la quiebra de Evergrande en la economía global
Las implicaciones de que Evergrande no pague el cupón de deuda que vence esta semana tiene el potencial de convertirse en un evento sistémico que afecte a los mercados financieros alrededor del mundo, señala Adriana García.

(Expansión) - El lunes pasado el Inegi publicó la Oferta y Demanda de bienes y servicios al segundo trimestre de 2021. Este dato es de gran interés porque podemos conocer la composición del Producto Interno Bruto; cuánto corresponde a consumo, cuánto a compras del gobierno, cuánto a formación bruta de capital fijo -lo que conocemos como inversión - y cuánto a exportaciones.

La inversión es el principal motor de la economía, ya que genera empleos de calidad y detona el crecimiento económico. Desgraciadamente, en México parece que la recuperación de este importante componente del PIB se estancó al representar únicamente el 18.8% del PIB y crecer 0.5% entre el segundo y el primer trimestre de 2021.

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Sin embargo, podemos ser optimistas en torno a la evolución de la inversión pública, pues el Proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2022 propone asignar 3.1% del PIB en 2022 a la inversión, lo que representa 18% más que en el PEF 2021.

¿Por qué mencionar el caso de Evergrande?

Hay que ser optimistas pero cautelosos con los proyectos de inversión tanto pública como privada y qué mejor lección que lo que esta sucediendo en los mercados financieros internacionales. La situación no es sencilla, estamos hablando de la compañía inmobiliaria más endeudada del mundo, cualquier símil con la petrolera más endeudada del mundo es mera coincidencia.

A esto hay que agregar el modelo económico chino denominado una economía de mercado socialista y el predominante rol del gobierno en todas las actividades en este país, que indirectamente ha hecho que grandes desarrolladores de infraestructura adquieran elevados porcentajes de deuda no rentable, pero que se cree que tienen una garantía implícita del gobierno de China, situación que hoy tiene a los mercados sin dormir.

Las implicaciones de que Evergrande no pague el cupón de deuda que vence esta semana tiene el potencial de convertirse en un evento sistémico que afecte a los mercados financieros alrededor del mundo, aumente la volatilidad y genere una crisis de liquidez en medio de la pandemia. Además de disminuir las expectativas de crecimiento de China, situación que ocasionaría una menor demanda de bienes y servicios que complicaría aún más la reactivación económica.

La otra opción es que el gobierno chino reestructure o asuma la deuda de la inmobiliaria y se pague a sus acreedores, disminuyendo el nerviosismo en los mercados, pero mandando la señal de que el gobierno chino rescatará a las empresas que a pesar de no ser rentables, por su tamaño son un riesgo sistémico.

Regresando al tema de la inversión en México, el país necesita más inversión, pero inversión rentable y de calidad que permita que las y los mexicanos tengamos mejores condiciones de vida y que nos permita desarrollarnos. Por esta razón, nuestros gobernantes deben ser cautos a qué proyectos de inversión pública destinan el presupuesto 2022 y qué implicaciones tendrían para las finanzas públicas en el caso de que no sean rentables y que el gobierno tenga que asumir sus pasivos.

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Un Gigante del inmobiliario chino Evergrande bajo presión financiera

El caso de Evergrande debe ser una llamada de atención para la discusión del presupuesto 2022, ya que la inmobiliaria continuaba construyendo viviendas, oficinas e incluso el que sería el estadio más grande del mundo cuando se concluyera en 2022 pero sin un estudio de rentabilidad y, lo que hoy es más evidente, sin un diagnóstico de la demanda potencial.

Finalmente, el hecho de que el gobierno chino o mexicano decida asumir los pasivos de las megaempresas, tanto privadas como públicas, distorsiona al mercado crediticio. Los bancos y los fondos de inversión preferirán hacer préstamos a estos grandes proyectos independientemente de su rentabilidad sobre los proyectos privados que no cuentan con el respaldo implícito de los gobiernos. Esto generaría una falta de financiamiento para la inversión productiva en ambos países y menor creación de empleos de calidad.

Hay que ser cautos sobre a qué proyectos decidimos asignar los recursos públicos, ya que tienen impactos de largo plazo en las condiciones económicas del país. Siempre hay que cuestionar cuál es el costo de oportunidad de impulsar un tren, una refinería, un nuevo aeropuerto o preguntarnos ¿qué se pudo haber construido con este dinero público para tener un mejor México en los próximos años?

Nota del editor: Adriana García es investigadora en México, ¿como vamos? , que registra a detalle el crecimiento económico del país. Las opiniones expresadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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