Qué difícil será imaginar al mundo Occidental sin ella luego de 16 años al frente. Su permanencia en el cargo es por demás histórica: la mujer más poderosa durante los últimos 10 años, la primera mujer que gobierna Alemania, la segunda jefa de Gobierno con mayor tiempo en el cargo, la primera que proviene de la región del Este, como también la primera en abandonar el cargo por decisión propia y no por una derrota electoral o dimisión obligada. Aquella quien consolidó al país como un nodo político y económico mundial.
Tras cerrada jornada de elecciones, termina era Merkel en Alemania
Como señaló la exdirectora del FMI, Christina Lagarde, su forma de gobierno ha estado orientada por las cuatro Des: diplomacia, diligencia, determinación y deber. A lo largo de su trayectoria como Canciller atravesó por momentos muy difíciles en materia de gobernanza política: la crisis financiera del 2008, que obligó a un pacto fiscal europeo, la crisis del euro y el problema de deuda soberana de Grecia, la crisis de refugiados en 2015, el brexit y ascenso del euroescepticismo y, de forma más reciente, la pandemia por el COVID-19.
Konrad Adenauer obtuvo el reconocimiento de “grandeza” a través del Westbindung, que ancló a la joven república de Alemania Occidental en la alianza trasatlántica; Willy Brandt lo consiguió tras la reconciliación con Europa del Este; y Helmut Kohl luego de lograr la reunificación de las dos Alemanias y la introducción del euro por encima del marco alemán.
Como ellos, Angela Merkel se abre paso en esa lista llegando a ser considerada como una líder ferviente y protectora de la democracia liberal. Una verdadera guerrera, quien tomó decisiones con el pragmatismo en mano y sabiendo conllevar el costo político y a veces impopular de su forma de gobernanza.
Los marcajes de Angela Merkel también pasan por haber apoyado el cierre de las centrales nucleares, motivada por el desastre de Fukushima, rompiendo con los poderosos lobbies energéticos que tenían estrechos vínculos con la Unión Demócrata Cristiana (CDU), o incluso por haber roto la línea conservadora del partido en lo que al matrimonio homosexual respecta. Ello a su vez abrió otro debate: ¿Es Angela Merkel feminista? No fue una abierta defensora de los derechos de las mujeres, pero su modelo de dirección política sin duda ha inispirado a hombres y mujeres por igual.
Claro está que no todo ha sido miel sobre hojuelas. También ha recibido críticas a nivel interno por “permitir” el ascenso político de la extrema derecha por su controvertida decisión de adoptar hasta un millón de refugiados y por su política exterior de mantener una posición tibia frente a China y Rusia en lo que respecta a los derechos humanos frente al incentivo económico (acuerdos Nordstream 2 y de Inversión UE- China), aunque en opinión de algunos, el reciente apoyo para tratar a Alexei Navalny en territorio alemán luego de su envenenamiento podría sugerir lo contrario.