No es la primera vez. Varios países del mundo han buscado limitar el poder económico y político que las empresas de tecnología, en su mayoría estadounidenses, han acumulado a lo largo de los años. Estos son algunos de los enfrentamientos.
Twitter, Trump y la libertad de expresión
Varios líderes europeos reaccionaron al veto de Donald Trump en las plataformas digitales. Criticaron que las empresas privadas limiten la libertad de expresión de un gobernante, pero celebraron que reconozcan su papel en defensa de la democracia.
La canciller de Alemania, Angela Merkel, consideró que la decisión es "problemática" ya que muestra la omnipresencia de las plataformas en términos de libertad de expresión.
"Es posible interferir en las libertad de expresión, pero según límites definidos por las leyes, y no por la decisión de una dirección de empresa", explicó Steffen Seibert, el vocero de la canciller, en una conferencia de prensa el 11 de enero.
Desde el Parlamento Europeo, la presidenta del grupo socialdemócrata, Iratxe García, dijo a la agencia EFE que "se trata de encontrar el equilibrio entre la libertad de expresión —que es un derecho fundamental— y la protección de la democracia"
"El problema que plantea el bloqueo de las redes sociales de Donald Trump es permitir que sean las plataformas las que decidan dónde está esa delicada línea", porque "más allá del código ético de una empresa privada, deben ser las leyes las que delimiten dónde comienzan los delitos de odio y la desinformación interesada".