Esta fatiga se ha hecho especialmente llamativa en el lugar de trabajo, donde mucha gente se ha encontrado con serias dificultades para mantenerse concentrada y con actitud positiva, dos aspectos claves no solo para la productividad, sino también para el propio bienestar. ¿Cómo combatir, entonces, esta fatiga y elevar nuestro estado de ánimo?
Existe una serie de estrategias basadas tanto en mi experiencia como investigador en esta área, como en estudios recientes, que se pueden aplicar fácilmente en el día a día:
- Procurar reservar todos los días un momento para realizar una tarea gratificante: una llamada a alguien querido, dedicar tiempo a un proyecto que nos apasione, etc. Aunque a priori haya quien piense que son una pérdida de tiempo, incorporar estos momentos en nuestra agenda diaria es clave para mantener la productividad, como veremos a continuación.
- Crear un círculo virtuoso: mucha gente, cuando se siente bien de ánimo, tiende a buscar actividades gratificantes que mantengan esa sensación de bienestar. Y, al contrario, al sentirse mal, se ocupan de actividades que agudizan ese sentimiento. En cambio, nuestros trabajos de investigación más recientes sugieren que para mantener una actitud positiva, debemos buscar un equilibrio: si nos sentimos fuertes de ánimo, es el momento de emprender tareas más difíciles (una llamada complicada, un informe particularmente complejo). En cambio, si acabamos de realizar alguna actividad aburrida o desagradable, debemos recompensarnos con otra actividad que nos sea grata. Para ello, siempre podremos echar mano de las actividades gratificantes que nos hemos planificado en el día, como veíamos en el punto anterior.
- Vivir el presente: son múltiples ya los estudios que avalan la eficacia del mindfulness para reducir el estrés e incrementar el bienestar. Gran parte de nuestra ansiedad viene provocada por una anticipación de lo que está por llegar. Centrar nuestro pensamiento en el presente hará que se reduzca esa tensión considerablemente.