Los riesgos del trabajo como los conocemos hoy son simples de entender y pueden tener un gran impacto sobre la empresa. Entre ellos están la pérdida acelerada de personal crítico, márgenes de rentabilidad decrecientes por el uso de la tecnología, competencia creciente de nuevos jugadores pequeños y lentitud a la hora de innovar. ¡Todos los riesgos mortales para un negocio el día de hoy!
La solución es sencilla y complicada a la vez, ya que nuestras convicciones pre establecidas son difíciles de vencer y refrescar. Debemos invertir el máximo en desarrollo de cultura, liderazgo, sistemas de rendición de cuentas y servicio al cliente. A la par, debemos invertir con inteligencia para automatizar actividades administrativas o de operación comercial y conseguir ahorros importantes en actividades o gastos con bajo impacto en nuestras ventas, como son oficinas exageradas, viajes innecesarios o lujos.
Los obstáculos que vemos - y que nos ponemos nosotros mismos - son que evadimos el riesgo de perder personal clave, no discutimos los indicadores críticos en productividad a plenitud, seguimos empujando el “reloj checador” y “la oficina” como medidas de desempeño, y somos envidiosos al compartir los frutos del trabajo extraordinario.
De un estudio de Accenture publicado en el verano de 2021, resalto algunos datos duros interesantes: 83% de los trabajadores prefieren un modelo de trabajo híbrido (casa y oficina); 4 de 5 empresas vieron que la productividad de los empleados mejoró o quedó constante durante la pandemia; 90% de las empresas planean combinar modelos de trabajo remotos o in-situ; y 11,000 dólares es lo que la empresa puede ahorrar por empleado bajo modelos innovadores. Es literal. Vemos el tren de frente y no queremos saber de su existencia, velocidad e impacto.
Ante el pánico de perder al activo más preciado de una empresa, su talento, desprendo seis áreas de trabajo - muchas de las cuales busco ejecutar para una organización con 60 oficinas y 1,200 colaboradores con 60 nacionalidades:
1. Cuestiona y redefine las metas operativas de tu empresa, buscando objetivos que se perciban imposibles pero deseables, asumiendo que tu negocio podría estar en alto riesgo de desaparecer entre tres y cinco años.
2. Discute y documenta los valores de tu empresa ante la persona, la innovación, la toma de decisiones y el impacto comunitario. Define un plan para comunicar y establecer propósitos por encima de las metas financieras y con esto construir una marca (empresa) deseable y envidiable.
3. Establece con tu talento los puntos de contacto adecuados para producir, innovar, construir relaciones y rendir cuentas.