A continuación se abordarán algunas de las ventajas de obtener un posgrado. El propósito es enfatizar cuáles son los pros que justifican la inversión de tiempo, esfuerzo y, claro está, dinero.
En primera instancia, las maestrías permiten al alumno alcanzar un grado de especialización superior al de licenciatura. Por tanto, se espera que los egresados de este tipo de programas cuenten con un conocimiento más profundo en determinados campos.
Por supuesto, lo anterior supone un mejor desempeño profesional; el aprendizaje propio de las maestrías pretende dotar a los alumnos de herramientas útiles en la arena laboral y el mundo empresarial. Además, los programas de posgrado trabajan en el desarrollo de habilidades blandas como el liderazgo, la colaboración y el pensamiento creativo.
Por su parte, un doctorado impulsa a sus estudiantes a generar nuevo conocimiento a través de la investigación y el método, con el objetivo de aportar a la ciencia, al saber y al perfeccionamiento de modelos prácticos o teóricos, que también pueden implementarse en los negocios y el terreno empresarial.
En segundo término, tomar una maestría o un programa doctoral, contribuye a ampliar y fortalecer tu network profesional, puesto que en el aula seguramente coincidirás con alumnos de distintos perfiles laborales. Muchos egresados de posgrado coinciden en que el networking que se realiza en la universidad es una de las claves para sacar el máximo provecho de la experiencia estudiantil en esta etapa.
Así mismo, como producto de este proceso de networking es altamente probable que algún compañero de maestría o doctorado acabe siendo tu socio o colaborador en futuros proyectos profesionales. Tal fue el caso de la empresa Google, que nació de una idea que tuvieron Larry Page y Sergey Brin mientras estudiaban juntos el posgrado en ciencias de la computación en la Universidad de Standford, ahí por el año de 1996.
Más allá de las conexiones y oportunidades de proyectos que puedan emerger entre colegas la pluralidad de perspectivas, compartir experiencias profesionales, y el propiciar la discusión de distintas propuestas, resultan un ejercicio sumamente enriquecedor. Los programas de maestría y doctorado están diseñados para llevar el aprendizaje al límite.
Por último, el acceso a la universidad, como centro integral de estudio, supone una ventaja sustancial que tiende a pasar desapercibida. Y es que las instituciones universitarias de prestigio son espacios vitales para la incubación de negocios, la construcción de proyectos sociales de alto impacto, y la investigación aplicada.